Opinión: Rusia y Occidente tensan la cuerda
31 de marzo de 2018La tradicional vinculación económica y política con Rusia no ha impedido que la mayoría de los países del este de Europa haya expulsado a diplomáticos rusos. Si en el caso de los Estados de la UE la decisión se basa en la solidaridad hacia el Reino Unido, en países como Albania, Ucrania y la república de Moldavia la razón tiene que ver con el pragmatismo político. No es algo en absoluto sorprendente.
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Albania es miembro de la OTAN desde hace casi una década, pero ahora quiere negociar rápidamente su ingreso en la UE, así que esta es una buena ocasión para conducirse de forma decididamente europea. Sobre todo un país que, al igual que Macedonia y Rumania, ha defendido tradicionalmente posiciones antirusas. También las ex repúblicas soviéticas Ucrania y Moldavia tienen la espina rusa profundamente clavada. La anexión de Crimea, las agresiones rusas en el este de Ucrania, así como la continua presencia rusa en la disidente región moldava de Transnitria juegan un papel decisivo en la expulsión de los diplomáticos rusos.
En la propia UE hay voces discordantes
Una sombra se cierne sobre la acción conjunta de expulsar a los diplomáticos rusos. La UE no ha cerrado filas en torno a esa decisión y países como Austria, Bulgaria y Grecia se han mantenido al margen de ella. Sin embargo, las reservas de algunos países aislados no deberían conducir a engaño sobre el hecho de que, por fin, los países democráticos del este y oeste del continente han emprendido una acción conjunta contra el continuo proceder agresivo de Rusia. En ese sentido, no debiera darse mayor importancia al diferente número de diplomáticos rusos expulsados por cada país. Independientemente de que se haya tratado de uno o de 60, lo que importa en la política internacional es el hecho simbólico. Y así lo han entendido también países como Hungría e Italia, cuyos Gobiernos hasta ahora han tendido a la cordialidad hacia Rusia. ¿Y qué pasa con Austria? El nuevo Gobierno siempre habla de su tradicional neutralidad y su larga función como puente entre el este y el oeste. Por ese motivo no quiere expulsar a diplomáticos rusos. Sin embargo, el Gobierno austríaco sí ha retirado a su embajador en Moscú. Un claro ejemplo del sutil y encantador humor vienés.
Bulgaria por mal camino
Queda Bulgaria, un país que estalla de orgullo después de haber podido presentar su lado más "europeo” durante los seis meses que ocupa la presidencia del Consejo de la UE (entre enero y junio de 2018). Su rechazo a expulsar diplomáticos rusos desvía a Sofía de su objetivo. La relación con Moscú ha prevalecido sobre la solidaridad europea y no es la mejor señal que puede enviar un país que preside el Consejo de la UE. También Grecia ha rehusado unirse a la medida. La generosidad del rescate económico ofrecido por la UE no ha sido suficiente para aflojar los estrechos lazos del país con Rusia. Atenas vuelve a demostrar que le gusta coquetear con una alternativa a la UE. Pero la jugada podría salirle mal.
¿Y Moscú?
La reacción del Kremlin ha sido la esperada. Diplomáticos de un total de 23 países deben abandonar Rusia. Entre ellos, cuatro representantes alemanes, según dio a conocer el ministerio de Exteriores en Berlín. Hubiera sido mejor una colaboración honesta de los rusos en el esclarecimiento del escándalo Skripal antes que cerrar el British Council de Moscú.
Autor: Robert Schwartz (MS/FEW)
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