VW: ¿En dónde está el esclarecimiento?
18 de marzo de 2016Ya hace seis meses que se supo que la mayor automotriz de Europa manipuló, durante muchos años, un software para ocultar verdadero nivel de las emisiones contaminantesde sus vehículos diésel en EE.UU. El 18 de septiembre de 2015 el grupo acababa de celebrar su mayor fiesta en el salón del automóvil IAA, de Fráncfort del Meno, el mismo día que habría de convertirse en uno de los más fatídicos en los casi 79 años de historia de esa compañía.
Y si Volkswagen no comienza pronto a investigar exhaustivamente y a mencionar delitos y culpables por su nombre; si no comienza a mostrarse generoso con los propietarios de autos engañados y si no están dispuestos a pagar muchos miles de millones de probables arreglos extrajudiciales, ese día ya no será el más fatídico sino el inicio del fin.
Estímulo para los trabajadores
Hace apenas dos semanas que Matthias Müller, gerente general de VW, le anunció a los trabajadores que la empresa estaba pasando, visiblemente, “de la fase de la administración a la de la gestión de la crisis”. Estamos superando la crisis, afirmó Müller. ¡Vaya yerro! Desde luego que Müller también dijo que las consecuencias del engaño ocuparían aún por largo tiempo a la planta de trabajadores y que aún no era posible establecer la dimensión de las pérdidas económicas. Pero que, en todo caso, la trama se estaba dilucidando.
Pero eso no fue más que un pobre intento de tranquilizar al colectivo. Se trata de trabajadores que tienen preocupaciones legítimas sobre su futuro y que serán las primeras víctimas cuando la crisis reviente de verdad. Se trata de una planta que va a pagar los platos rotos por unos “poquísimos”, como se comenta en las salas de juntas.
Demandas multimillonarias en todo el mundo
Ahora se ve más claro el tsunami de demandas que se viene de todo el mundo. Las demandas han sido interpuestas por compradores de VW, distribuidores, inversionistas y estados de Estados Unidos. Hay que imaginárselo. Por estos días se radicó una demanda de grandes inversionistas que ante el Tribunal de Braunschweig reclaman 3 mil millones de euros de compensación. Esta demanda se suma a las casi 70 que se amontonan en Braunschweig y que suman una compensación de otros 3,7 mil millones de euros. Michael Hausfeld, abogado estrella de Estados Unidos, le escribió esta semana al jefe de VW. La exigencia: una reunión en el transcurso de las próximas dos semanas para poner todas las cartas sobre la mesa, también las multimillonarias compensaciones. A estas se suman otras demandas del resto del mundo, sean de Francia o India.
Sin solución a la vista
Pero incluso todo esto pueden ser pequeñeces contra la ola de litigios que amenaza en EE.UU. Aquí se agrupan una serie de demandas en un tribunal de California, cuyo juez puso un ultimátum a VW: hasta el 24 de marzo, al juez de distrito Charles Breyer le gustaría saber si los 600.000 vehículos diésel afectados van a ser reparados o reacondicionados. Poco indica que VW vaya a ser capaz de cumplir con esa fecha, toda vez que las autoridades ambientales no quieren cooperar, lo que no es de extrañar, teniendo en cuenta las dimensiones del engaño.
El tiempo corre
Pero no sólo los tribunales investigan. También autoridades y parlamentos están indagando el fraude de VW. Así que ha llegado la hora de que VW esclarezca, por defensa propia. Por supuesto que son enormes las cantidades de datos por evaluar: VW habla de 102 terabytes, correspondientes a unos 50 millones de libros. La conferencia de prensa anual y la Asamblea General han sido pospuestas para finales de junio. En la segunda quincena de abril, VW va a hablar oficialmente sobre el "Caso diésel". VW tiene que presentar resultados coherentes del rompecabezas. Pero hasta el momento, la impresión es que el consorcio solo está tratando de ganar tiempo. Un riesgoso juego de azar a expensas de 600.000 empleados.
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