¡Ya basta con la despotricación política!
10 de junio de 2019Ellos son los chivos expiatorios de la nación. Se les dice que lo único que deben hacer es "cumplir”, de lo contrario son atacados, perseguidos, y a algunos incluso se les anuncia que la horca ya está "reservada" para ellos.
Alemania pasa por un ataque de despotricación política grotesco y peligroso, porque la ira hacia los políticos corroe la democracia. ¿Quién va a querer involucrarse en la política, si la "recompensa" son insultos e incluso puede ser mortal?
Bajo protección policial
La gratitud obviamente no es una categoría política, como lo demuestran los ataques despiadados en contra de Annegret Kramp-Karrenbauer, líder del partido conservador CDU, y la exlíder de los socialdemócratas (SPD), Andrea Nahles; desde ya le doy las gracias a quien se postule como sucesor para la presidencia del SPD.
La presidencia del SPD no es un "trabajo de mierda", como lo ha llamado el periódico berlinés taz. Al contrario. Es un trabajo que contribuye a la implementación de reformas políticas en Alemania que mejoran la vida de millones de personas, como el salario mínimo o la doble nacionalidad.
Gracias también a Andreas Hollstein, alcalde de Altena, y a la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, por seguir en su cargo a pesar de los ataques con cuchillo que pusieron en riesgo sus vidas. Y a todos los demás políticos que están comprometidos con el bien común y, a veces, incluso necesitan protección policial.
El mito del "fracaso estatal"
Espero que este grupo de políticos en Alemania siga siendo mayoría. Personalidades como el político de la CDU Wolfgang Schäuble, el ministro presidente verde de Baden-Württemberg, Winfried Kretschmann o el exministro de Relaciones Exteriores y líder del SPD, Sigmar Gabriel, continúan apoyando a organizaciones caritativas y le dan la cara a los populistas.
Esto no es evidente para todos los representantes del pueblo que fueron elegidos democráticamente. Quien se queja sobre el "fracaso del Estado", el "imperio de la injusticia" o la "ingobernabilidad" niega verbalmente su legitimidad al Estado constitucional alemán. En Alemania no hay peligro ni de un "imperio de la injusticia", como lo sugirió el anterior Ministro Federal del Interior, Horst Seehofer, ni de un país "ingobernable", como dijo un titular de la revista Cicero. Tampoco estamos cerca del "fracaso estatal", como afirman políticos de derecha e izquierda regularmente a través de todos sus canales disponibles.
Por el contrario, los aproximadamente 80 millones de habitantes de Alemania viven en uno de los países más ricos, más estables y más libres del mundo. Hace más de 70 años Alemania vive en paz, el desempleo es bajo y en el ranking de corrupción de Transparency International ocupa el undécimo lugar de un total de 180 países.
Un acto democrático
Por lo tanto, la apreciación de los políticos que contribuyen a que esta comunidad se mantenga funcional, no estaría nada mal. Además, sería un acto democrático y un importante gesto para fortalecer la democracia, a cuyo funcionamiento no solo contribuyen los políticos, sino todos los ciudadanos.
Por supuesto, la apreciación no excluye a las críticas y el control de los políticos. Por supuesto que la "canciller del clima" Merkel debe aceptar ser criticada por el ablandamiento de sus objetivos o por sus errores en cuanto a la política de refugiados.
Y, por supuesto, no hace daño que los jóvenes manifestantes alerten a los responsables de la política pública sobre sus insuficiencias y los presionen. Por supuesto, los youtubers tienen el derecho de analizar públicamente los puntos débiles de este gobierno, pero cuando la crítica se convierte en ira, malicia y odio, no logra nada.
Ira, malicia, cinismo
Son millones las personas que salen a las calles en Rumania, República Checa, Polonia, Hungría, Reino Unido, Estados Unidos y Brasil para protestar en contra de la corrupción y la violencia. A ellos les debe parecer muy extraño la despotricación política en Alemania. Muchos de ellos se alegrarían de dejar atrás a sus autoproclamados salvadores de la crisis, quienes están construyendo sus carreras políticas sobre las ruinas que ellos mismos han causado.
¡Detengan entonces el apocalipsis verbal y los descarrilamientos antidemocráticos! La ola de malicia e ira que se extiende sobre los políticos de todos los partidos es peligrosa. A largo plazo, conduce al desmantelamiento de toda la clase política, porque los que nadan hoy pueden ser arrastrados por la ola mañana. La democracia de Alemania merece menos rabia y más consideración. (pana/dz)
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