Sarkozy inicia reorganización de su Gabinete
14 de noviembre de 2010Con la reorganización de su Gabinete, el presidente de Francia intenta recuperar la popularidad perdida en el último año o, por lo menos, disminuir la velocidad con que el electorado le retira su voto de confianza; apenas regresó de la Cumbre del G20 en Corea del Sur, Nicolas Sarkozy recibió a un funcionario tras otro con miras a iniciar la renovación de su Gobierno.
Desde hace meses se cuenta con dimisiones y destituciones cuyo único objetivo aparente es darle tiempo e impulso suficiente al actual jefe de Estado para que pueda optar por la reelección en los comicios presidenciales de 2012. Sarkozy le pidió a François Fillon que reasumiera sus funciones como Primer Ministro, pocas horas después de que éste renunciara a su cargo el 13 de noviembre.
Mucho cálculo tras bastidores
Figuras prominentes de la oposición gala han reaccionado a esta moción describiéndola como un “nuevo show” de Sarkozy, pero advierten que sería peligroso subestimar a Fillon o interpretar como un capricho la decisión del presidente de reintegrar a Fillon al Gabinete. El jefe de redacción de la plataforma de Internet Mediapart, Edwy Plenel, insiste en que se trata de una “una farsa triste” con mucho cálculo tras bastidores.
“Después de todo el ruido que se hizo, ¿es esto lo que tenemos? ¿El mismo Primer Ministro? Sarkozy estuvo creando tensión durante semanas, pero sobre todo para amedrentar y hacer callar a quienes, dentro de sus propias filas, se han atrevido a contradecirlo”, sostiene Plenel, desestimando que la conformación oficial de un nuevo Ejecutivo logre cerrar la brecha que ha crecido entre Sarkozy y los votantes. “El hecho de que Fillon se quede significa que la política actual no cambiará”, comentó por su parte la ex candidata presidencial de los socialistas, Ségolène Royal.
Las nuevas caras de Sarkozy
A finales de octubre, el presidente francés reavivó las discusiones en torno a su intención de reformar su Gabinete, un anuncio que hizo por primera en marzo, que repitió en junio y que, desde entonces, nunca dejó de estar en la agenda de los medios locales. Refrescar su propia imagen colocando caras nuevas en su Consejo de ministros parece ser la estrategia de Sarkozy para no sucumbir del todo en las encuestas bajo el peso de sus impopulares medidas.
En un primer momento, los analistas políticos señalaron que la aprobación definitiva de la polémica reforma de pensiones por parte del Parlamento francés le dio un respiro a Sarkozy, quien, a partir del 27 de octubre, podía presentarse como el líder resuelto que impuso un proyecto necesario. Pero parte del sector crítico de cara a la reforma decidió continuar con las protestas.
“Fuera Sarko”
Y la prolongación de las manifestaciones dejó claro que, para muchos franceses, el tema de las pensiones va más allá del tópico de la edad para jubilarse. Durante semanas, los manifestantes han exhibido un gran rechazo por la política de Sarkozy en general y en la simbólica estatua de Marianne en la Plaza de la República de París puede leerse desde hace poco un graffiti que reza “Fuera Sarko”.
El talante áspero de Sarkozy irrita a muchos votantes y su tendencia a erigirse en protagonista de todos los debates políticos en lugar de delegar funciones no sólo pone a sus propios colaboradores en posiciones incómodas, su estilo personalista hace difícil que un retoque cosmético de su Gabinete haga olvidar que fue él quien, mediante un procedimiento rápido, aprobó una reforma que buena parte de la población rechaza.
El fenómeno Fillon
De hecho, el trabajo de François Fillon está bien valorado y sus niveles de popularidad en las encuestas siguen siendo altos porque los franceses no lo asocian con los recortes que han afligido al tejido social en el país. Muy pocos primeros ministros han logrado ser percibidos positivamente u ocupado su cargo por más tiempo que Fillon, de 56 años; él ha formado parte del Gabinete durante tres años y medio. Pero, en todo ese tiempo, Sarkozy nunca le ha dado demasiado espacio para maniobrar.
El presidente ha aprobado solo las reformas más controversiales, desde las exoneraciones tributarias que favorecieron a los ricos hasta la reforma de pensiones. De ahí que, mientras Francia digiere la cuarta transformación del Consejo de ministros de la administración Sarkozy y Fillon hace frente a las amargas protestas apelando al capital político a su disposición, el hombre fuerte del Palacio del Elíseo deberá ingeniárselas para congraciarse de nuevo –como actor político– con los votantes susceptibles de ser persuadidos para reelegirlo.
Autor: Evan Romero-Castillo / Christoph Wöß / dpa
Editora: Emilia Rojas Sasse