OTAN: disonancias por estrategia en Afganistán
8 de febrero de 2007
Los EE. UU. y Gran Bretaña apoyan, por el contrario, el llamado del comando de la OTAN a reforzar numéricamente las tropas de la ISAF destacadas en Afganistán, que actualmente están compuestas por 35.000 efectivos. Otros 8.000 militares estadounidenses operan en Afganistán por separado.
El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, dijo que la Alianza Atlántica está preparada para ampliar sus operaciones en Afganistán para hacer frente a la ofensiva de primavera que se prevé que lleven a cabo los radicales talibanes.
“Habrá más fuerzas en la OTAN/ISAF”, agregó en el discurso inaugural de una reunión de dos días de los 26 ministros de Defensa de la organización trasatlántica que se lleva a cabo en Sevilla el jueves y el viernes. La ISAF es la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad, comandada por la OTAN.
El secretario general de la OTAN no fijó un objetivo respecto al número adicional de efectivos necesarios en Afganistán, y sólo dijo que los comandantes de la Alianza deben tener “las fuerzas que sean necesarias”.
No obstante, la mayoría de los gobiernos sigue poco dispuesto a enviar fuerzas de combate adicionales.
Posiciones conocidas
La operación de la OTAN en Afganistán está dividida entre los países cuyas fuerzas entran en combate y los que mantienen a sus soldados apartados de los mismos. Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Dinamarca y Holanda están implicados directamente en operaciones militares contra los talibanes.
Alemania, Francia, España, Italia y Turquía tienen a sus fuerzas desplegadas en regiones relativamente pacíficas. Alemania ha rechazado en varias ocasiones enviar fuerzas de combate al sur de Afganistán. Los 2.700 efectivos alemanes se restringen a operar en el norte del país.
El ministro de Defensa danés, Soren Gade, advirtió que hacen falta más soldados de la OTAN en el sur de Afganistán. “Creo que más países deberían asumir responsabilidades en el sur”, dijo.
El ministro de Defensa alemán, Franz Josef Jung, insistió, no obstante, en que no debe centrarse siempre la atención en el tema de más fuerzas militares. Jung también rechazó las insinuaciones de que la nueva Fuerza de Reacción Rápida de la OTAN, que comenzó a operar en noviembre pasado, sea movilizada para las operaciones de la Alianza en Afganistán. Se trata de una fuerza de elite de 25.000 efectivos que se puede desplegar en cinco días en cualquier lugar del mundo.
Misiones alemanas de reconocimiento
El miércoles, el Gobierno alemán aprobó misiones de seis aviones Tornado en vuelos de reconocimiento sobre el sur de Afganistán, pero dejó claro que no tomarán parte en bombardeos aéreos.
El ministro de Defensa español, José Antonio Alonso, anunció que su país enviará a Afganistán antes del verano cuatro aviones no tripulados de reconocimiento aéreo. Además, España está dispuesta a llevar a cabo un programa de formación y financiación para el Ejército afgano. Pero no enviará más soldados, tal y como anunció recientemente el gobierno. España tiene 690 militares destacados en Afganistán.
La OTAN no sólo pide más recursos para la misión, sino a los países que levanten también las restricciones que pesan sobre sus fuerzas y que impiden su despliegue donde se desarrollan los combates.
Washington ofreció el mes pasado más de 8.000 millones de euros adicionales en ayuda militar y de reconstrucción para Afganistán y prolongó por cuatro meses el despliegue de 3.200 militares estadounidenses en el este, una de las zonas más conflictivas.
Afganistán vivió en 2006 su año de mayor violencia -con 4.000 muertos, entre ellos 170 efectivos extranjeros-, desde que el régimen talibán fue derrocado en 2001 por una coalición liderada por EE. UU.