Palestinos unidos en el cincuentenario de la OLP
1 de junio de 2014Aunque la creación de un Gobierno de unidad en Palestina fue anunciada hace más de un mes y la toma de posesión del flamante Gabinete es inminente –la ceremonia protocolar tendrá lugar este lunes (2.6.2014)–, ni Israel ni Estados Unidos han salido de su sorpresa: a sus ojos, el acuerdo al que llegaron el partido Al Fatah, que gobierna en Cisjordania, y la organización político-militar Hamás, que controla la Franja de Gaza, salió de la nada cuando el proceso de paz palestino-israelí volvió a estancarse hace algunas semanas.
La primera y hasta ahora única reacción del Gobierno israelí fue suspender oficialmente las negociaciones de paz y amenazar a los palestinos con sanciones económicas. Después de todo, Hamás es considerada una organización terrorista tanto por Israel como por Estados Unidos y la Unión Europea, mediadores recurrentes entre las partes en discordia. Pero el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, aseguró que ninguna medida punitiva frenaría la entrada en vigor de este “Gobierno de reconciliación nacional”.
Un nuevo reto para Israel
Las pugnas entre Al Fatah y Hamas se acentuaron en 2007, cuando el segundo decidió unilateralmente tomar las riendas del poder político en la Franja de Gaza. Sin embargo, todo apunta a que las asperezas entre ambos fueron limadas justo a tiempo para conmemorar el 50º aniversario de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), fundada en mayo de 1964 bajo los auspicios de la Liga Árabe y reconocida actualmente como “legítima representante del pueblo palestino” en su lucha por un Estado propio.
Esa coincidencia no estaba planeada, pero ella llama la atención hacia la evolución exhibida por la OLP y por Hamás en los últimos años. Si Hamás se apega a sus compromisos y a sus declaraciones de intención, Palestina podrá presentarse ante Israel con otro talante y la élite política de Jerusalén estará ante un nuevo desafío. Y es que Al Fatah logró convencer a Hamás de que les permitiera a los miembros del Gabinete palestino reconocer al Estado de Israel. “Ese fue un paso razonable a favor de la paz”, sostiene Nabil Amr en entrevista con DW.
Ahora, Amr, quien fue ministro de Información en Cisjordania hasta el año 2003, espera que Israel y Estados Unidos demuestren que entienden la relevancia de la transformación política de Hamas. Por su parte, Mahdi Abdul Hadi, director de la Sociedad Académica Palestina para el Estudio de Asuntos Internacionales (Passia), explica que la política interior palestina también impulsó el acercamiento entre Al Fatah y Hamás: las expectativas de los electores en Cisjordania y la Franja de Gaza no estaban siendo cumplidas.
Autodisciplina y pragmatismo
En la Franja de Gaza, las condiciones de vida se han vuelto más precarias y muchos se quejan del conservadurismo religioso de Hamás, que está aislado desde la “Primavera Árabe”. “Con un millón y medio de personas encerradas en un territorio tan pequeño, Hamas no puede darse el lujo de quedarse sin aliados en el exterior”, comenta Hadi. Y en Cisjordania, las denuncias de corrupción se suman a los reproches de que las conversaciones de paz con Israel no han dado frutos en todos estos años.
Al negociar con Israel, Al Fatah necesita del apoyo de todos los palestinos, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza. “Todos estos factores hacían que la reconciliación entre Al Fatah y Hamás fuera inevitable”, señala Hadi. A su juicio, Hamas estaba condenado de antemano a hacer todas las concesiones que ha terminado haciendo ahora, sobre todo en lo relativo al reconocimiento de la solución de los dos Estados, la renuncia a la resistencia militar y la aceptación de las elecciones que se realizarán dentro de unos meses.
A principios de abril, los palestinos se adhirieron a quince organizaciones y tratados internacionales para poder llevar a juicio a Israel por la construcción de asentamientos en los territorios ocupados. Pero esos compromisos adquiridos también tienen un efecto disciplinario sobre los palestinos porque conllevan exigencias en materia de derechos humanos que deberán cumplir. Ahora, la autodisciplina y el pragmatismo tienen más importancia para los palestinos que la dicotomía Fatah-Hamás, secularismo-Islam, que los dividía.