Palij: el último secuaz de los campos de concentración nazis
21 de agosto de 2018Un anciano con barba y gorra plana desciende este 21 de agosto por la mañana de un avión militar en el aeropuerto de Düsseldorf. Un regreso que pone fin a una larga disputa diplomática entre Alemania y Estados Unidos.
El viajero es Jakiw Palij, de 94 años, que aunque nació en Polonia, no tiene nacionalidad. Palij trabajó para los nazis en Trawniki, un campo de concentración y entrenamiento nazi cerca de Lublin. Allí fue entrenado en 1941 para ser cómplice de las SS. Según investigadores estadounidenses, Palij participó, presuntamente, en el asesinato masivo de 6.000 judíos en Trawniki. Después de la guerra, Palij huyó a Estados Unidos, y en inmigración declaró que había sido un simple agricultor. Décadas después, cuando se descubrió su membresía en las SS, Estados Unidos le retiró la ciudadanía. Y desde 2005, las autoridades estadounidenses intentaron deportarlo.
La responsabilidad moral de Alemania
Alemania se negó a aceptarlo durante años porque Palij no es ciudadano alemán. Ahora, con el recibimiento de Palij, el Gobierno de Angela Merkel envía un clara señal de la "responsabilidad moral de Alemania". Alemania aceptó así las peticiones del Gobierno de Estados Unidos, de senadores, diputados y representantes de las comunidades judías. Todos argumentaban que quienes habían servido al injusto régimen nazi, no podían disfrutar de su pensión en Estados Unidos, como si nada hubiera pasado. El presidente Trump no demoró en adjudicarse la deportación. "Medidas exhaustivas de mi Gobierno para expulsar a este delincuente criminal de Estados Unidos", trinó el político.
Los hombres de Trawniki
Lidiar con los ayudantes de la SS sigue siendo difícil. Muchos de los llamados hombres de Trawniki estuvieron directamente involucrados en el Holocausto, el asesinato de los Judíos en los campos de exterminio de Belzec, Sobibor y Treblinka. Estos hombres provenían, a menudo, de Polonia, Ucrania o los países bálticos. El más famoso entre unos 4000 a 5000 hombres de Trawniki fue John Demjanjuk, quien también fue deportado de Estados Unidos a Alemania en 2009. Tres años más tarde, el Tribunal Regional de Múnich lo condenó por complicidad en el asesinato de más de 28.000 personas a cinco años y medio de prisión. Antes de que la condena entrara en vigencia, Demjanjuk murió en 2012.
Demanda contra Palij es insegura
No está aún garantizado que contra Palij se pueda abrir un proceso. La Fiscalía de Wuerzburgo inició en 2015 una investigación contra Palij, pero la detuvo por falta de pruebas. Al contrario del caso Demjanjuk, no se han encontrado hasta el momento documentos que prueben la culpa de Palij: no hay tarjeta de identificación, no hay archivos personales.
Palij mismo ha afirmado que los nazis lo obligaron a prestar servicios. "Una deportación de EE.UU. a Alemania no cambia nada en la evidencia", dice el fiscal Jens Rommel a DW. Rommel investiga en calidad de jefe de la oficina central de crímenes nacionalsocialistas en Ludwisburg.
Sin embargo, existe la posibilidad legal de probar que Palij ayudó en el asesinato masivo. Para ello se requieren evidencias de que estuvo involucrado en un "crimen sistemático", como guardián o conductor. Eso sería suficiente. Pero a los hombres de Trawniki ha sido especialmente difícil probarles qué tipo de misiones realizaron después de su entrenamiento.
"Nuestras leyes penales están concebidas para acusar a perpetradores individuales", explica el fiscal superior Jens Rommel. "Nuestro objetivo es determinar la responsabilidad exacta de la persona involucrada en crímenes de Estado". Si no se logra abrir ningún proceso contra Palij, es muy posible que este exsecuaz de un campo de concentración pase sus últimos años en un asilo de ancianos alemán.
Linda Vierecke (jov/er)
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