"Para un alto el fuego se necesitan dos que estén de acuerdo"
22 de julio de 2014Deutsche Welle: Sr. Hadas-Handelsman, los combates en la Franja de Gaza continúan, y hora tras hora nos llegan noticias de que hay cada vez más muertos y heridos. ¿Por qué el Ejército israelí actúa de ese modo, a pesar de los numerosos llamamientos internacionales?
Yakov Hadas-Handelsman: En este momento, Israel tiene el siguiente problema: allí donde actúa el Ejército israelí hay zonas habitadas, pero también un bastión de Hamás en el que se fabrican misiles y donde está emplazado el comando central de esa organización terrorista. Allí también comienzan los túneles que conducen a Israel. Cuatro días antes de comenzar con la ofensiva alertamos a los habitantes para abandonaran sus casas. Lamentablemente, la mayoría de ellos no lo ha hecho porque fueron amenazados por Hamás. En verdad, lamentamos mucho que hayan muerto personas inocentes, y la enorme cantidad de heridos, pero, ¿qué deberíamos hacer? ¿Deberíamos seguir permitiendo a Hamás que bombardee nuestras ciudades con misiles? ¿Debemos permitir que sigan entrando a territorio israelí a través de túneles para matar a civiles? Israel estaba de acuerdo con un alto el fuego. También hubo una propuesta del Gobierno egipcio para un alto el fuego. El gabinete israelí lo aprobó, pero Hamás lo rechazó, así como rechazó el cese temporal del fuego por razones humanitarias luego de poco tiempo. Hamás utiliza a la gente como escudos humanos.
No son pocos los que dicen que, de todos modos, este conflicto no se puede solucionar a nivel militar porque ninguno de las dos partes puede ganar de manera duradera. ¿No sería más sensato invertir la energía en el esfuerzo de acordar un nuevo cese del fuego, y retomar negociaciones serias?
Para lograr un cese del fuego es necesario que ambas partes estén de acuerdo. La gente de Hamás sigue negándose a acordarlo. La mayoría de ellos se esconde en búnkeres o en hoteles de lujo en los países del Golfo Árabe. ¿Qué les importa a ellos si muere gente? No quiero ser cínico, pero el objetivo de Hamás es que haya muchas víctimas, para que la opinión pública vea los crímenes que comete Israel, es decir, genocidio y masacres. Realmente sentimos mucho la pérdida de tantas vidas, pero, al mismo tiempo, al menos 13 soldados israelíes han muerto. Eso demuestra que hay combates, y que el Ejército israelí no bombardea porque sí zonas habitadas.
Sin embargo, se plantean la cuestión fundamental del aspecto humanitario y la desigualdad de condiciones. ¿Siguen vigentes esos principios para Israel en vista de la catástrofe humanitaria en Gaza, donde la gente ya no sabe a dónde huir?
Los pasos fronterizos hacia Israel están abiertos, y todos los días llegan, en promedio, cerca de cien vehículos de carga con alimentos, medicamentos, gasolina y gas para abastecer a Gaza. Eso es algo sin precedentes en un conflicto, es decir, que permitimos que la población reciba esos bienes. La razón por la cual lo hacemos es simple: no tenemos nada contra el pueblo palestino, pero sí contra los terroristas, y contra ellos luchamos. No es aceptable que la gente en Israel tenga que vivir continuamente con miedo.
En algunos países europeos, sobre todo en Francia y Alemania, este fin de semana se llevaron a cabo varias manifestaciones contra la política de Israel. En algunas de ellas se lanzaron consignas antisemitas. ¿Lo preocupa eso?
Claro que nos preocupa. No tenemos nada en contra de las manifestaciones ni en contra de la libertad de expresión, que son bases de la democracia. Pero la violencia contra la Policía o contra manifestantes pro israelíes es inaceptable. Pienso que eso también debería preocupar a los alemanes, ya que, entre otras cosas, algunos manifestantes gritaban: “Judíos, a la cámara de gas”, y eso en Alemania. Ahora se plantea el interrogante de qué hacer en esos casos.
Pero también hay mucha gente en Alemania que está a favor de Israel, pero que considera que el proceder de Israel en Gaza es excesivo. ¿Cree usted que la crítica a la ofensiva militar se dirige necesariamente contra Israel?
No nos gusta que siempre se culpe a Israel. Siempre decimos que en la ONU se mide con tres varas diferentes: una para la mayoría de los países no democráticos, una para los países democráticos, y otra para Israel. Hace nueve años que nos fuimos de la Franja de Gaza, y eso solo para demostrarles a los palestinos y al mundo que estamos a favor de la paz. ¿Y qué recibimos a cambio? Una organización terrorista cuyo objetivo principal es la destrucción de Israel. Cada quien tiene la libertad de criticar a Israel, pero yo espero también que haya sensibilidad respecto del tema y que también se tome conciencia de la realidad. En el caso actual esperamos durante semanas y dimos varias advertencias, pero Hamás siguió provocándonos. ¿Qué espera entonces que hagamos?
A pesar de eso, está claro que de este modo una solución al conflicto se vuelve cada vez menos probable. Según usted, ¿cómo se debe continuar ahora?
Desde mi punto de vista hay una solución: tan pronto como termine la violencia –y eso debe suceder de ambos lados- se debe comenzar a desarmar a Hamás, porque eso no puede seguir así. Los israelíes tienen derecho a vivir una vida normal, como todos los demás, así como los palestinos tienen derecho a vivir una vida normal, y no ser amenazados por una organización terrorista.
El problema es que, si se contemplan las exigencias de Hamás, muchas de ellas no tienen nada que ver con Israel, sino con que ya no tienen dinero. Mahmud Abbás ya no tiene dinero ni para pagarle a sus funcionarios. Egipto cerró la frontera con el territorio palestino de manera permanente porque también se convirtió en un enemigo de Hamás. Ahora lo que necesitamos en primer lugar es un alto el fuego, y luego podemos hablar de todo con tranquilidad. Pero lo más importante es que Hamás pierda su capacidad militar.