Pasado colonial alemán: arte y reconciliación

Por iniciativa del ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania concede, de manera regular, becas a artistas. Andreas Lang, actual becario del Ministerio, optó por un proyecto de agudo contenido político: viajó a Camerún tras las huellas de la historia colonial alemana en el continente africano. Para el artista visual y de vídeo el viaje es, a su vez, un viaje hacia su propia historia familiar; su bisabuelo se desempeñó como soldado del Ejército alemán en Camerún.

El país africano fue parte del imperio colonial alemán durante 30 años. El dominio acabó al término de la Primera Guerra Mundial, tras la derrota alemana. Las campañas violentas contra los pueblos herero y nama –actualmente Namibia–, figuran como uno de los peores crímenes de la historia de la Alemania colonial. Fue tan solo recientemente que el Gobierno germano reconoció estos acontecimientos como genocidio. Aún así, después de casi 100 años del colapso de la historia colonial alemana, hace falta la necesidad política de superar lo sucedido. Ahora, en vista de tal necesidad, el canciller alemán desea impulsar este proceso de reconciliación valiéndose del arte.

DW: Aún después de 100 años del colapso del imperio colonial alemán queda mucho por hacer. Y parece que el arte tiene la capacidad de manejar estos temas. Andreas Lang, actualmente artista residente del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha viajado a Camerún, donde, con arte, hace un trabajo de reflexión sobre la temática. ¿Es el arte tan solo un medio hacia un fin? ¿Debe éste ser un último recurso, cuando la política no puede ofrecer más soluciones?

Frank-Walter Steinmeier: Claro que no. Es importante recalcar que la historia colonial alemana nunca tuvo las dimensiones de la de Francia o el Reino Unido. No obstante, sí participamos en esta lucha por obtener poder colonial. Y en Alemania, ciertamente, no se ha lidiado con esta parte de la historia; no hace parte de nuestra cultura conmemorativa. Por tanto, estoy muy agradecido que personas como Andreas Lang, con proyectos como el suyo, se dediquen a reflexionar sobre episodios de esta historia colonial.

No creo que el arte pueda reemplazar la política o la política exterior; esa no es la razón por la que hemos decidido crear el programa de artistas residentes en el Ministerio. No obstante, el arte nos puede ayudar a formular las preguntas indicadas para, quizás, obtener respuestas que en el pasado no tuvimos.

¿Cuáles son estas respuestas? ¿Y cuáles son los desafíos y las trampas a la hora de lidiar con la historia colonial alemana?

Por ejemplo, hemos empezado un proyecto similar en Namibia, que trata de los terribles y crueles sucesos perpetrados, principalmente, por el Ejército alemán de la época. Y es en medio de esta reflexión que nos formulamos la siguiente pregunta: ¿Cómo hacer para no solo ocuparnos del pasado, sino más bien, precisamente del conocimiento del pasado, con la construcción del futuro entre ambas naciones? Ese es el contenido de nuestro diálogo y espero que hagamos progresos, con la ayuda de proyectos culturales similares a los que impulsamos en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

¿Cuáles serían los próximos pasos y el marco de tiempo para la reconciliación, y tal vez la reparación?

Es como en la cultura. Cuando se inicia un proceso en la política exterior, no se sabe exactamente cuál va a ser el resultado. Nosotros hemos empezado este diálogo con Namibia a mitad del año pasado y estamos a medio camino. Justo esperamos a que llegue pronto una delegación de Namibia. Este es un debate que ha tenido un desarrollo muy activo, y en el cual existen, naturalmente, diversas expectativas. Yo confío en que en los próximos años logremos buenos resultados.

¿Está planeado un diálogo similar con Camerún?

Hemos desarrollado el proyecto en Namibia como modelo para otros. Sin embargo, cada caso es único y requerirá otros estándares de cómo lidiar con otros rasgos de la historia colonial.