Pasará mucho tiempo hasta que sanen las heridas en Namibia
28 de mayo de 2021Por fin Alemania asume oficialmente su responsabilidad por el genocidio de los herero y los nama. Por fin un presidente alemán pronunciará las palabras que se esperan desde hace más de 100 años en lo que hoy es Namibia. Por fin Alemania dejará de tratar de silenciar, minimizar o ignorar un crimen horrendo cometido por alemanes.
Por fin. Es un gran paso. Desde la perspectiva alemana. Las primeras reacciones de Namibia suenan diferentes: el reconocimiento es "un paso en la dirección correcta”. Así lo formuló el portavoz de presidente namibio, en forma diplomática y cautelosa.
Representantes molestos
¡Estafa! ¡Ofensa! ¡Maniobra de relaciones públicas! Eso es lo que sospechan algunos líderes tradicionales de los pueblos herero y nama, al igual que políticos opositores. Ellos quieren negociar directamente con el gobierno alemán. No confían en la promesa de que serán los hereros y los namas los que se beneficiarán en primera línea del proyectado programa de desarrollo. Los indigna que el Gobierno alemán subraye reiteradamente que no hay base legal para una indemnización, lo que para ellos suena como si el gobierno lo considerara una especie de regalo. De seguro hay también hereros y namas que respaldan el acuerdo. Pero nadie sabe quién representa a la mayoría.
Una gran responsabilidad recae ahora sobre los hombros de ambos gobiernos. El pedido de reconciliación solo tendrá valor si la mayoría de los namibios lo acepta. Y eso solo puede ocurrir a través de la confianza. Cabe desearle suerte al presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, para que encuentre las palabras adecuadas. La oportunidad existe: el presidente es un hombre que conoce el poder de las palabras y puede acertar en utilizar el tono justo en el momento preciso.
Los gestos cuentan
Pero también los gestos cuentan. Una disculpa ante el Parlamento namibio es un gran acontecimiento. Pero igualmente importante es expresar esa petición de perdón allí donde tuvo lugar concretamente el genocidio: en los territorios de los pueblos herero y nama. Ante los memoriales de las víctimas y frente a sus descendientes.
¿Y entonces? Entonces comenzará el verdadero trabajo. La disculpa no puede ser un punto final, sino que debe ser un comienzo. La reconciliación comenzará, cuando las calles y monumentos de Alemania no sigan recordando de forma acrítica a los protagonistas de colonialismo alemán, sino a las víctimas.
Duelo mancomunado
La reconciliación comienza cuando los textos escolares y los planes de estudio dejan de callar el genocidio y, en cambio, lo tematizan ampliamente. La reconciliación comienza cuando los turistas alemanes ya no ven solo los pintorescos edificios de la era colonial en Namibia, sino también la terrible historia que hay detrás. La reconciliación comienza cuando ya no solo el presidente y el gobierno de Alemania asumen la historia alemana en Namibia, sino también una mayoría de los alemanes.
La reconciliación comenzará cuando la gente de Namibia, y sobre todo los hereros y los namas, vean y crean que Alemania lo dice en serio. La reconciliación comenzará cuando alemanes y namibios lloren juntos a las víctimas. Pero para eso falta un trecho muy largo.
(er/cp)