Siria preocupa a países occidentales

Las tropas del presidente sirio, Bashar el Assad acordonaron el barrio de Duma al norte de Damasco, donde manifestantes han intentado protestar con movilizaciones hacia el centro de la capital en las últimas semanas. Unos 2.000 policías llegaron a bordo de autobuses a este barrio de la capital durante la víspera, según la agencia Reuters. Los efectivos cuentan con vehículos militares equipados con metralletas y miembros de la policía secreta vestidos de civiles iban armados con rifles de asalto. Se cree que las unidades pertenecen a la guardia republicana, una de las más fieles a Assad.

Asímismo el presidente sirio envio tanques a la ciudad de Deraa, en el centro del país, donde comenzó la revuelta contra el gobierno en demanda de libertades política y el fin de la corrupción a mediados de marzo pasado. Organizaciones sirias de derechos humanos estiman el número de muertos en unos 400 desde que comenzó la revuelta, 120 de ellos en los últimos cuatro días. La semana pasada, Assad levantó el estado de emergencia que rigió en Siria durante 48 años y abolió una odiada corte de seguridad estatal. Pero al día siguiente 100 personas fueron asesinadas durante las protestas en todo el país.

La familia Assad gobierna Siria desde que Hafez el Assad el padre del actual gobernante Bashar el Assad, se hiciera del poder a través de un golpe de Estado en 1970. Su hijo ha mantenido intacto el sistema político autocrático que heredó en 2000 mientras que su familia amplió su control sobre la economía del país, que de por si atraviesa momentos difíciles.

No hay consenso en la ONU

Después de que la víspera gobiernos europeos instaran a Siria a detener la violencia, el Consejo de Seguridad de la ONU fracasó en su primer intento por condenar la represión siria. Estados Unidos y los cuatro países europeos en el Consejo de Seguridad de la ONU (Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal) fracasaron la noche del martes en su primer intento por lograr una resolución de condena de la represión en Siria, aunque las deliberaciones continúan este miércoles.

Un primer borrador de una declaración conjunta sobre Siria formulado por los países europeos no encontró apoyo de todos los países en el Consejo, pese a la fuerte condena expresada por el secretario general Ban Ki-moon contra la represión de las protestas sirias. Ban dijo tras una reunión a puerta cerrada del Consejo que la situación en Siria se ha convertido en una preocupación grave para la comunidad internacional. Hay temor por que un desplome del régimen desemboque en un caos de alto riesgo por sus efectos en el Medio Oriente. El embajador de Alemania, Peter Wittig señaló al término de las consultas que lo que está ocurriendo en Siria es sumamente inquietante por sus posibles repercusiones en la región, por lo que requieren la atención del Consejo.

Protestas diplomáticas

Francia llamó a consultas a la embajadora de Siria en París, Lamia Shakkur, a quien recordó que el país galo condena enérgicamente la escalada de violencia y represión estatal. “Demandamos un alto inmediato en el uso de la fuerza militar contra la población y que todos los prisioneros políticos sean liberados”, dijo el portavoz Bernard Valero a la agencia France Press. La embajadora se reuniría con un funcionario del ministerio del Exterior.

El canciller británico, William Hague, reconoció en una entrevista a la BBC que el presidente sirio podría no tener el poder necesario para introducir las reformas que prometió. Aunque Hague consideró que no era demasiado tarde para llevar a cabo las reformas, el problema residía en que el poder del presidente Assad depende de familiares y miembros del gobierno. El canciller visitó a Assad en enero pasado, y aunque Gran Bretaña ha condenado la brutal represión estatal mantiene sus lazos diplomáticos con el gobierno sirio con la esperanza de que cambie su postura.

Amenazas de Washington

La Casa Blanca, que deploró la violencia brutal usada por el régimen sirio, dijo que la Administración Obama está considerando sanciones para dejar en claro que dicho comportamiento es inaceptable. Washington impuso sanciones a Siria en el 2004 por su apoyo a grupos insurgentes. Varios altos funcionarios sirios, entre ellos el primo de Assad, Rami Makhlouf, que se enriqueció rápidamente al frente de la telefónica Syrian Tel, cuentan con sanciones específicas por corrupción pública.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, insistió ayer en que Damasco recibe ayuda de Irán en la represión contra los manifestantes opositores.

El mosaico étnico y religioso que conforma la Siria actual hace esperar repercusiones en todo el Oriente Medio, de manera que mientras que un país estable significa un elemento pacificador, lo contrario podría devenir en un nuevo polvorín en la región, una guerra de facciones como la que ocurre en Irak.

Autora: Eva Usi

Editor: José Ospina Valencia