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¿Peligra Alemania como emplazamiento industrial?

Klaus Ulrich
17 de marzo de 2023

La economía alemana quiere invertir más en EE. UU. y erigir nuevos emplazamientos, ya que allí la administración Biden atrae a las empresas con generosos subsidios. ¿Qué consecuencias tiene eso para Alemania?

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Bandera estadounidense con un automóvil Mercedes Benz detrás.
Subsidios y descuentos fiscales del gobierno de EE. UU. están ligados a la condición de que las empresas que se benefician de ello usen productos estadounidensesImagen: Uli Deck/dpa/picture alliance

Las empresas alemanas aman Estados Unidos: cerca de 5.600 de ellas invierten en el mercado de ese país, según datos de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Alemania (AmCham Germany). Eso representa un volumen de inversión de casi 650.000 millones de dólares (datos de septiembre de 2022). No solo grandes grupos empresarios, como Siemens, Volkswagen o Linde quieren reforzar su presencia en EE. UU., en parte, incluso construyendo allí lugares de producción completamente nuevos.

"Hay diferentes motivos para eso”, dice Dirk Dohse, experto en competitividad internacional del Instituto para la Economía Mundial de Kiel (IfW). "Un motivo es el aumento de tensiones geopolíticas. Para muchas compañías, EE. UU. parece ser un puerto seguro. Otras razones son los precios de la energía, comparativamente bajos, y las muy generosas subvenciones en el marco de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés)”.

Ley de Reducción de la Inflación atrae a empresas

La Ley de Reducción de la Inflación es un programa multimillonario de subsidios del Gobierno de EE. UU. bajo el mando del presidente Joe Biden y, a pesar de lo que indica su nombre, se dedica no tanto a combatir la inflación, sino más a la protección del clima. De los cerca de 430.000 millones de dólares que pone a disposición el IRA en total, 370.000 millones están previstos para el fomento de tecnologías que ahorran CO2 y para la seguridad energética. El resto debe fluir al sector de la salud.

Dichos subsidios y descuentos fiscales están ligados a la condición de que las empresas que se benefician de ello usen productos estadounidenses, o produzcan directamente en EE. UU. Por ello, el comprador de un automóvil eléctrico estadounidense cuya batería también se ha fabricado en EE. UU. recibe una prima de alrededor de 7.500 dólares. También se promocionan aerogeneradores o sistemas solares con componentes de EE. UU. Desde el punto de vista estadounidense, también son aceptables productos preliminares de países con los que EE. UU. tiene un tratado de libre comercio, como México o Canadá.

Central de Tesla en Grünheide.
Central de Tesla en Grünheide, cerca de Berlín.Imagen: Patrick Pleul/dpa/picture alliance

Las empresas ya están respondiendo

Como resultado de los planes del Gobierno de EE. UU. en el marco del IRA, ya hay retrasos o amenaza de cierre de plantas que fabrican baterías para automóviles eléctricos en Alemania, por ejemplo, en Tesla, en Grünheide, cerca de Berlín, o en la empresa sueca Northvolt, que, en realidad, quiere construir una fábrica en Heide (Schleswig-Holstein) y ahora, probablemente, desee invertir primero en Estados Unidos.

¿Se encienden entonces las alarmas para Alemania como emplazamiento industrial? "De hecho, la participación de la industria manufacturera en el valor agregado total en Alemania ha estado disminuyendo desde 2016. Claro que venimos de un nivel alto. Sin embargo, no veo una desindustrialización generalizada", dice el experto en competitividad Dohse. El canciller alemán, Olaf Scholz, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya han advertido a Joe Biden sobre distorsiones de la competencia para las empresas europeas debido a los generosos subsidios de su Gobierno.

Poco después, se anunció que Bruselas también respondería con un programa industrial verde para dar a los Estados de la Unión Europea más libertad para sus propios subsidios en el futuro.

Peligro de una espiral de subsidios

"No creo que debamos entrar en una carrera por los subsidios", dice el investigador de IfW. "Seguir usando más dinero de los impuestos no es la solución”, agrega el experto, y dice que también ve posible vincular a los programas individuales de financiación federal para empresas jóvenes con una cierta lealtad al lugar.

Por el otro lado, la calificación de varias empresas estadounidenses activas en EE. UU. es positiva: "La mayor economía de Europa sigue siendo un emplazamiento importante y atractivo para muchas compañías de EE. UU.”, dice a DW Simone Menne, presidenta de la AmCham Germany.

"La gran cantidad de especialistas muy bien capacitados, las densas redes de infraestructura, los colegios y universidades técnicas de primera clase, la gran estabilidad política, la fuerte presencia en el mercado de la UE y otros factores son argumentos importantes para invertir en Alemania".

Sin embargo, el Barómetro Empresarial Transatlántico anual (Transatlantic Business Barometer), cuya última edición se publicó el 16 de marzo de 2023, suena menos optimista. Según esta encuesta de AmCham Germany, hecha entre empresas estadounidenses en Alemania, la calificación de Alemania como emplazamiento se deterioró en 2023 por tercer año consecutivo. Entre las desventajas de Alemania se mencionaron los costos del trabajo, las fallas en la infraestructura digital, así como la escasez de personal especializado.

(cp/ms)