Tuberculosis
23 de marzo de 2012
En todo el mundo, el número de personas enfermas de tuberculosis asciende a alrededor de nueve millones, y cerca de dos millones mueren año tras año a causa de la enfermedad. Según el Informe sobre Tuberculosis del Instituto Robert Koch (RKI) de Alemania, publicado el 19 de marzo, ha disminuido la cifra de nuevos casos, pero eso no significa que se pueda dar un cese de alarma, dice el Dr. Walter Haas, experto en epidemiología de las enfermedades respiratorias del RKI. Y subraya que lo más importante es la prevención a través de medidas de higiene y del cumplimiento del tratamiento. Los enfermos deben toser en pañuelos descartables, lavarse las manos con frecuencia y después de toser, y las viviendas se deben lavar con paños húmedos. Además, el enfermo debe ser aislado durante al menos dos semanas luego de diagnosticarse la enfermedad y utilizar mascarilla en lugares de convivencia común.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa bacteriana altamente contagiosa que ataca sobre todo a las capas más pobres de la población mundial, sobre todo a la de los países en desarrollo. Factores que favorecen la enfermedad son la desnutrición y las malas condiciones sanitarias y de higiene. También las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado, como por ejemplo los enfermos de sida, son propensas a contraer el mal.
Contagio: como el de una gripe
El bacilo que provoca la tuberculosis es el Mykobakterium Tuberculosis o Bacilo de Koch. Los síntomas son similares a los de la gripe, ya que se contagia a través de micropartículas o gotas expelidas por el enfermo al toser o al hablar. El órgano más afectado, en un 80 por ciento de los casos, es el pulmón, pero la tuberculosis también puede atacar la piel, el intestino y los huesos. La enfermedad puede pasar desapercibida al principio, ya que los primeros síntomas son cansancio, hinchazón de los nódulos linfáticos, fiebre y tos. En cuadros más severos también se produce expectoración sanguinolenta y el paciente baja notablemente de peso. La tuberculosis también puede producir meningitis, los afectados pueden entrar en coma y, en el peor de los casos, el mal puede producir la muerte.
La evolución de la enfermedad depende del reconocimiento temprano de los síntomas y del tratamiento con antibióticos. En la mayoría de los casos se receta una combinación de varios medicamentos que el paciente debe tomar durante seis meses, y que debe seguir tomando incluso luego de curada la enfermedad.
Bacilos multiresistentes
El problema es que los remedios contra la tuberculosis ya son totalmente obsoletos, dijo el Dr. Sebastian Dietrich, de “Médicos sin Fronteras” a DW, ya que fueron desarrollados 1944 y 1966. Y lo que más preocupa a los científicos en este momento es la tuberculosis multiresistente, que debe su nombre a que los medicamentos no las afectan, ya que han desarrollado resistencias adaptándose a ellos. “El tratamiento es muy complejo, dura más de dos años y es caro, dado que cuesta unos 5.000 euros –sólo en cuanto a medicamentos- por paciente”, explica Dietrich. Los bacilos multiresistentes de la tuberculosis se siguen propagando por contagio, aumentando así los peligros que implica esa enfermedad.
Diagnósticos simplificados
Mientras los investigadores trabajan para hallar terapias adecuadas para las variedades multiresistentes de la tuberculosis, el diagnóstico tiene posibilidades de mejorar en breve. Hasta el momento, los médicos analizan –al igual que hace 130 años, cuando Robert Koch descubrió el bacilo de la tuberculosis- el esputo del enfermo bajo el microscopio. La asociación “Médicos sin Fronteras” está empleando desde fines de 2011 un nuevo aparato en algunas regiones del mundo, señala Phillip Frisch, de la organización. Dicho instrumento es capaz de lograr en un par de horas lo que antes demoraba meses. Pero, dice Frisch, para usarlo es necesario contar con una cierta infraestructura y con personal capacitado, dos cosas que escasean en los países en desarrollo en los que trabaja “Médicos sin Fronteras”.
Nueva vacuna contra la tuberculosis: ¿una esperanza?
Todavía se sigue investigando para encontrar una vacuna eficaz contra la tuberculosis. La vacuna más usada es la BCG (Bacillus Calmette Guerin), a partir de extracto atenuado de Mycobacterium bovis presente en células bovinas, que fue creada hace más de 90 años. Pero la sustancia sólo es eficaz en niños pequeños, no en adultos, por lo que ahora se trata de encontrar una vacuna eficaz que ayude a detener el desarrollo de la enfermedad y, al mismo tiempo, a impedir nuevas infecciones.
Autor: Gudrun Heise/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz