Perdió Johnson, ¿se acabó el “brexit”?
4 de septiembre de 2019¿Se había visto algo así antes en la Cámara de los Comunes? ¿Que un primer ministro sufriera una derrota gigantesca en su primera votación? Los parlamentarios tenían solo una pequeña posibilidad de torcerle la mano a Boris Johnson, que se dirigía directamente a un "brexit" duro, y la usaron. Ahora, el premier se expone a tomar vacaciones forzadas: 21 parlamentarios conservadores se rebelaron y votaron junto a la oposición una ley que busca atar de manos a Johnson. El resultado fue de 328 votos a favor de impedir un "brexit" duro y 301 en contra.
Ola de purgas entre los conservadores
Inmediatamente después de la votación, Boris Johnson, visiblemente contrariado por lo ocurrido, dijo que será culpa del Parlamento si el acuerdo con la UE se ve frustrado. Con ello, da a entender que para él, sólo presionando a Bruselas con la amenaza de un "brexit" duro, iba a conseguir que sus demandas se vieran satisfechas.
Toda la estrategia de negociación del "brexit" era un pretexto, se oyó decir en el círculo interno de Johnson. Los informes llegados desde Bruselas confirmaron la sospecha, porque en ellos se desmentía que hubiera siquiera alguna negociación o nuevas propuestas del lado británico. Boris Johnson rebatió diciendo que una ley contra un "brexit" duro solo generaría "retrasos, indecisión y confusión". El primer ministro claramente no es un buen perdedor.
Esto también se prueba por el hecho de que los rebeldes, apenas una hora después de la votación, recibieron una llamada del partido en la que se les notificaba que perdían su calidad de militantes. Uno de los primeros fue Philip Hammond, parlamentario desde hace años y exministro de Finanzas de Theresa May, pero entre los expulsados hay otros notables, como el nieto de Winston Churchill y Ken Clarke, con 49 años en el Parlamento y conocido como "el padre de la casa".
Con esta medida, Johnson hizo su realidad su amenaza de purgar del partido a todos los proeuropeos, demasiado moderados o enemigos del "brexit" duro. Cualquiera que ahora piense en chocar contra la autoridad, sabe a lo que se expone. Boris Johnson no tolera la oposición interna.
Manipulación y mentiras
Ya en la tarde, un diputado conservador había quitado a Johnson su mayoría parlamentaria. Phillip Lee, un médico que desde 2010 representa a la circunscripción de Bracknell, simplemente se levantó de su asiento durante el discurso de Johnson y se sentó junto a los liberales, cuyo presidente le dio la bienvenida a través de Twitter: "Phillip comparte nuestra determinación a evitar un desastroso 'brexit' sin acuerdo y detener del todo el 'brexit' en sí", escribió.
Lee dedicó algunas líneas de despedida al primer ministro: "El gobierno conservador está buscando un 'brexit' destructivo de una manera agresiva e inescrupulosa, poniendo en riesgo de forma innecesaria la vida y los ingresos (de los ciudadanos) y arriesgando la unidad del Reino Unido, socavando la economía del país, su democracia y su rol en el mundo. Para ello ha usado la manipulación política, la intimidación y la mentira, todo con premeditación".
Uno de los temas recurrentes en el debate fueron las acusaciones contra Johnson de no decir la verdad. Se le preguntó varias veces sobre algún avance concreto en las negociaciones con Bruselas, y el premier respondió con garantías generales de que él era el único, gracias a su propuesta más dura, de lograr concesiones por parte de la UE.
Tras la votación, David Gauke, exministro y uno de los cabecillas de la rebelión, explicó por qué él y sus colegas hicieron lo que hicieron. Dijo que por primera vez en 14 años había votado en contra de su gobierno, porque pensaba que Johnson en realidad no quería un acuerdo con Bruselas. "Quizás no es una buena movida para mi carrera, pero es la decisión correcta", escribió Gauke.
Próximos pasos
El miércoles, la Cámara Baja votará el proyecto contra el "brexit" duro. Si es aprobado, pasará a la Cámara de los Lores, donde los pro-"brexit" han anunciado que pondrán obstáculos, es decir, darán largos discursos intentando dilatar la votación. Una vez que esa etapa sea superada, Johnson debe llevar la ley donde la reina, para su aprobación definitiva. El procedimiento debe estar completo el próximo lunes, cuando comienzan las vacaciones forzadas del Parlamento declaradas por Johnson.
Sin embargo, existe el temor de que Johnson pueda socavar la entrada en vigor de la ley sencillamente no presentándosela a la reina. Sus oponentes parecen confiar en él. Tampoco está claro si el premier está obligado a acatar la decisión de la Cámara de los Comunes. En el debate de este martes hizo declaraciones totalmente contradictorias. En una oración dijo que por supuesto va a respetar la ley, y un par de minutos después aseguró que de ninguna manera pedirá una prórroga del "brexit". La victoria parlamentaria puede convertirse en un triunfo vacío si Johnson rompe con sus obligaciones y la decencia política.
Nuevas elecciones... ¿cuándo y cómo?
Dado el escenario, no hay más opción que llamar a nuevas elecciones, dijo Johnson tras su derrota. Sin embargo, dejó abierto el cómo y cuándo pretende hacerlo, pues para ello necesita una mayoría de dos tercios del Parlamento. La oposición está de acuerdo en dar su aprobación sólo cuando la ley antibrexit esté operativa. Eso sería el lunes, cuando el Parlamento deba iniciar su receso forzado. Ahora Johnson debe ver cómo sale de esta trampa que él mismo montó.
Se espera que el premier apele a una nueva mayoría formada por quienes votaron por abandonar la UE y los seguidores del Partido del Brexit. Todo habla de un rumbo duro para salir de la UE. "El pueblo contra las elites parlamentarias" debería ser el tono de una campaña que mostrará la polarización de la sociedad. Es incierto que Johnson logre una mayoría en estas nuevas elecciones. El país y el mundo político en Reino Unido están divididos. Los tiempos de las elecciones sencillas son cosa del pasado y los expertos creen que podría no haber una mayoría clara en el próximo parlamento.
(dz/jov)
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