Periodistas se unen en Nicaragua frente al COVID-19
14 de julio de 2020La pandemia de coronavirus no da tregua en Nicaragua y entre los afectados se cuentan ya decenas de periodistas de medios independientes que resultaron contagiados mientras realizaban su trabajo. Un comité formado por varias organizaciones de prensa realiza hoy un laborioso trabajo para atender, uno a uno, a los comunicadores afectados.
La voz de alerta la dio el contagio de Gustavo Bermúdez, veterano periodista de Radio Corporación, una emisora conocida por su posición crítica del sandinismo. Al conocer que estaba hospitalizado en Managua, donde fallecería el 27 de mayo a sus 65 años, un grupo de comunicadores decidieron investigar la situación del resto de los colegas y buscar formas de asistencia.
Además de Bermúdez, también murió por coronavirus el periodista Sergio León, de 50 años, director de la radioemisora "La Costeñísima”, de la ciudad de Bluefields (surcaribe). Aquejado por enfermedades crónicas, León permaneció 12 días en el hospital público de esa localidad, donde murió el 14 de junio horas después de ser conectado a un respirador.
El "comité de atención a periodistas afectados por COVID-19” se formó el 19 de mayo con delegados de cinco organizaciones, entre ellas la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), creada hace 30 años por la expresidenta (1990-1996) para desarrollar proyectos en favor de la libertad de prensa.
También lo integran la filial nicaragüense de PEN Internacional, que preside la poeta y novelista Gioconda Belli; la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Nicaragua y la organización Periodistas y Comunicadores Independientes (PCIN), formada tras la revuelta social de 2018.
Periodistas atendiendo a periodistas
A ellos se sumó la plataforma "Voces en Libertad”, que junto a más de 30 medios radiales y televisivos realizó en Miami la campaña "Unidos contra el COVID-19”, la cual logró recaudar en cinco horas casi 16.000 dólares para la atención de los periodistas afectados por el coronavirus.
Con ese fondo inicial se ha costeado la atención de 58 periodistas, que reciben apoyo económico para exámenes médicos, compra de medicamentos y de artículos de higiene y preventivos. A la atención en línea que les ofrecen dos médicos se suma el apoyo de una sicóloga si es necesario.
De los cuatro periodistas independientes que fueron hospitalizados, dos se recuperaron favorablemente, después de verse en serios problemas de salud.
"Yo tuve síntomas leves y mi cuadro respiratorio se agravó de pronto. Me internaron de urgencia y al tercer día sentí que moría asfixiada. La doctora y la enfermera me decían ‘tenés que reaccionar', me quitaron el oxígeno nasal, me pusieron boca abajo y oraron por mí”, relató a DW Letzira Sevilla, sobreviviente del COVID-19.
Redactora de cultura del periódico El Nuevo Diario, que cerró a fines de 2019 tras casi un año de bloqueo aduanero por parte del gobierno, Sevilla estuvo hospitalizada 11 días en un centro asistencial privado al sureste de Managua.
Vivir para contarla
La tarde que llegó a internarse, no había una sola cama disponible pues el hospital estaba rebasado de enfermos de coronavirus. Ella esperó toda la noche dentro de un taxi y fue admitida por la mañana. "Mi madre se quedó afuera bañada en llanto. Yo pensaba en ella y en mis hijos (de 12 y 5 años), tuve miedo de no verlos nunca más”, dijo Letzira.
Su tratamiento fue intenso e incluía tomar hasta 16 pastillas por día, pues también padece diabetes e hipertensión. Por momentos perdía la memoria y "había días en que no recordaba ni cómo era mi casa”. Al regresar a su hogar, ya de alta, se aisló en su habitación. Su hijo menor le cantaba canciones detrás de la puerta y eso le daba fuerzas para seguir viviendo, afirmó.
Una situación de similar gravedad sufrió Álvaro Navarro, director de la plataforma digital Artículo 66, uno de los medios críticos del gobierno sandinista. Navarro pasó internado nueve días tras ser diagnosticado con "neumonía viral atípica sospechoso de COVID-19 grave”.
"Lo más duro de este proceso fue sentirme navegar entre cadáveres”, dijo el comunicador en una entrevista ofrecida a uno de sus reporteros. Relató que una noche despertó en su cama de hospital y vio a una persona dentro de una bolsa de plástico negro.
"Eso fue terrible, sentir la muerte a la par, saber que cada día había uno o dos muertos. Que despertaba y estaban envolviendo a otro, y otro, y otro. Y también tenía miedo porque sabía que estaba infectado, que el foco viral era peor con cada muerto. Me producía horror”, relató.
Otro de los sobrevivientes es Juan Carlos Duarte, director de Radio Camoapa, municipio de la provincia de Boaco (centro). El periodista, que hace un mes inició una campaña de atención gratuita a la población de su ciudad, reveló que el coronavirus también afectó a su esposa y a sus dos hijos, un niño de tres años y un bebé de dos meses que debió ser hospitalizado.
"Toda mi familia estaba contagiada y yo me sentí abatido”, dijo Duarte, consultado por DW. El periodista requirió oxígeno y seis esquemas de tratamiento, debido a que de niño tuvo asma, padece otras enfermedades y es no vidente. "Nadie imagina lo difícil que ha sido para mí esta situación, pero hoy tengo una nueva oportunidad de vivir", añadió.
Las autoridades no han dado a conocer hasta el momento la cifra de periodistas afectados por COVID-19 en los medios oficialistas. Sin embargo, algunos casos fueron divulgados en redes sociales, como el del cronista deportivo José Francisco "Pepe” Ruiz, quien trabajó para el estatal Canal 6 y desde sus programas de televisión se burló del coronavirus, semanas antes de contagiarse y fallecer.
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