Perú pide a la FAO no contratar a Nadine Heredia
24 de noviembre de 2016El Congreso de Perú pidió este jueves (24.11.2016) a la Organización de las Naciones Unidas Para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que deje sin efecto el nombramiento de la ex primera dama Nadine Heredia como oficial de comunicaciones, por considerar que es una maniobra para evadir a la Justicia.
El parlamento peruano tomó esa decisión por 118 votos contra cero, después de que el Ejecutivo, a través del presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, dejó abierta la posibilidad de retirar a su representante ante la FAO por lo ocurrido.
El Gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski y el Legislativo reaccionaron así después de que Heredia, procesada por supuesto lavado de activos, sorprendiera al marcharse el último martes a Ginebra (Suiza) para trabajar con el organismo dependiente de las Naciones Unidas.
El contacto brasileño
Esta salida del país de la ex primera dama, acusada además extraoficialmente por presunta usurpación de funciones al tomar decisiones presidenciales en el período de su esposo, Ollanta Humala (2011-2016), ha sido percibida por la opinión pública como una fuga orquestada por el director de la FAO, el brasileño José Graziano.
Mientras tanto, las especulaciones aumentan en la medida en que Graziano es próximo a personas involucradas a los procesos de corrupción que se siguen a Brasil, en los que a la vez hay indicios que vinculan a Heredia, aunque en este caso aún no haya denuncias concretas.
Heredia, comunicadora y socióloga de 40 años, tenía hasta finales de octubre prohibición judicial de salir del país. La ex primera dama de Perú es acusada principalmente de lavar y apropiarse de una suma no especificada de dinero que supuestamente le dio entre 2006 y 2009 a su Partido Nacionalista Peruano (PNP) el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien tenía coincidencias ideológicas con Humala.
Según las investigaciones judiciales, Heredia habría desviado ese dinero a través de allegados a ella, como su hermano Ilán y su madre, Antonia Alarcón.
CT (dpa, El Comercio)