Piratas en Somalia: un problema creciente
5 de diciembre de 2008No navegan por el Caribe. Tampoco tienen por costumbre caminar ayudados por una pata de palo. Y, por supuesto, no hay loro que se les pose en el hombro para repetir mecánicamente todas sus frases. Pero son piratas. Y buscan su tesoro, que a falta de doblones de oro pasa por cobrar suculentos rescates a cambio de liberar de su cautiverio a cruceros, barcos mercantes y cualquier embarcación que se atreva a navegar frente a las costas de Somalia.
El fenómeno de la piratería en aguas del llamado Cuerno de África va al alza y se ha convertido en un negocio muy lucrativo. Sólo en los primeros nueve meses del año se han registrado más de 60 incidentes y la comunidad internacional ha tenido que tomar cartas en el asunto desplegando buques de guerra y aviones de combate en la zona para combatir el fenómeno.
Misión de la UE
La última en sumarse ha sido la Unión Europea (UE), que este lunes comenzará a operar en la región con el despliegue de seis embarcaciones militares y tres aviones. La misión, que ha sido bautizada con el nombre de "Atalanta" y que cuenta con la autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sustituirá a la flota de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que hasta ahora se ha ocupado de proteger a las embarcaciones que navegan por la zona de los ataques de los piratas.
El último incidente registrado en estas aguas ha tenido como protagonistas al buque de guerra danés "Absalon", que este viernes rescató a siete piratas que se encontraban extraviados desde hacía días en el Golfo de Adén y los entregó a la guardia costera de Yemen. Según informó la emisora danesa TV2, sus soldados hundieron posteriormente el bote pirata, en el que se hallaron cuatro misiles antitanque y otras armas.
También la armada alemana desbarató unas horas antes un supuesto ataque pirata contra un crucero en el mismo golfo. La fragata "Mecklemburgo-Pomerania Occidental" interceptó a dos botes sospechosos de piratería y los ahuyentó lanzando tiros de advertencia antes de que alcanzaran el crucero. La embarcación atacada era el MS Astor, en el que viajaban casi medio millar de pasajeros. Ni los viajeros ni la tripulación se dieron cuenta del incidente.
¿Más soldados alemanes?
Precisamente el Gobierno alemán está considerando la posibilidad de contribuir con hasta 1.400 hombres a la misión de seguridad de la Unión Europea. Hasta ahora, Berlín sólo ha enviado una fragata a la región, un barco de guerra cuya tripulación no suele sobrepasar las 200 personas. La cuestión ha levantado una fuerte controversia en el país.
Mientras miembros del Ejecutivo, como el ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, o el de Defensa, Franz Josef Jung, se muestran a favor, desde las filas del partido Die Linke, La Izquierda, se habla de precipitación y se pide el consenso del Parlamento. El Gobierno de Angela Merkel podría tomar ya la semana que viene una decisión al respecto.
Dificultades crecientes
Sea como sea, lo que parece claro es que la comunidad internacional deberá redoblar esfuerzos si quiere combatir de forma efectiva la piratería en aguas somalíes. Lo indicaba esta misma semana el secretario general de la OTAN, el holandés Jaap de Hoop Scheffer, que aseguraba que "la piratería es un problema cada vez mayor, no sólo en el Golfo de Adén, sino también en todo el mundo". Con estas palabras, De Hoop Scheffer reconocía que tanto el organismo que dirige como la UE y los Estados Unidos deberán asumir más responsabilidades en la región.
El hecho es que los piratas somalíes constituyen una organización muy difícil de combatir. Disponen de alta tecnología: equipos de telecomunicación por satélite y lanchas rápidas contra las que poco pueden hacer los enormes y en comparación lentos barcos de guerra. Se calcula que la tasa de éxito en la interceptación de las embarcaciones en las que navegan los piratas no alcanza siquiera el 10 por ciento. Harán falta, pues, no sólo más medios, sino mejores y más adecuados para erradicar una lacra que amenaza con costar miles de millones de euros al tráfico internacional de mercancías.