Polonia, ante un funeral y unas elecciones
11 de abril de 2010
A la llegada de los restos mortales del presidente polaco, Lech Kaczynski, a su Varsovia natal, cientos de polacos se congregaron en torno a la ruta que llevó el féretro desde el aeropuerto hasta el palacio presidencial.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, lo había despedido en Smolensk; el primer ministro Tusk, el presidente interino Bronislaw Komorowski, el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, y su hermano Jaroslaw Kaczynski lo recibieron en Varsovia.
El Gobierno polaco decidirá en las próximas horas la fecha del sepelio. Y la población de Polonia está presa de la conmoción. La vida cotidiana se ha parado. Dos minutos de silencio guardó el país entero; millones de fieles católicos acudieron a las iglesias para rezar por los muertos; miles acudieron al palacio presidencial de Varsovia. Flores, velas, banderas polacas, fotos en símbolo de luto.
Dos hermanos, una idea: "la Patria sobre todo"
Los restos de las otras 95 personas personas que perecieron en el siniestro de Smolensk, aeropuerto cercano a la localidad de Katyn a donde se dirigían, han sido transportadas a Moscú para su reconocimiento. Los líderes rusos –el presidente Dimitri Médvedev y el primer ministro Vladimir Putin- han puesto de manifiesto su solidaridad tanto emotiva como prácticamente: la investigación de los sucesos se realizan con celeridad.
Hasta ahora, de ella se desprende que no hubo fallo técnico, sino más bien humano: el piloto del avión desoyó los consejos de buscar aterrizar en otro aeropuerto, pues una densa niebla cubría Smolensk. Una semana de duelo nacional ha sido decretada.
Un combativo nacionalista
El combativo nacionalismo de derecha hizo del católico Lech Kaczynski una figura política controvertida. Sus poco diplomáticas intervenciones le granjearon enemistades. "Trabajamos juntos para construir la democracia polaca", declaró dijo Lech Walesa, líder del movimiento Solidaridad que derrocó el comunismo en 1989 y al que pertenecieron en su momento los Kaczynski. "Las diferencias nos separaron después. Pero eso ahora es un capítulo cerrado", dijo Walesa. Que Walesa abandonase el casi legendario Solidarnosc en 2006, por ejemplo, tuvo que ver con que éste apoyaba a Ley y Justicia, partido de los hermanos Kaczynski.
“Su objetivo era una Polonia libre en una Europa libre. Nos advirtió de mantener vivo el recuerdo de los crímenes del nacionalsocialismo y del comunismo y de honrar a sus víctimas. Así lo recordaremos. Polonia ha sufrido una gran pérdida.
Alemania también está de luto”, declaró por su parte en un comunicado el presidente alemán, Horst Köhler. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon resaltó: “El presidente Kaczynski sirvió a su país y a su pueblo con distinción y convicción”. En las instituciones europeas en Bruselas, las banderas ondearon a media asta en honor al difunto presidente de uno de los miembros más jóvenes de la UE, que supo hacer uso de su derecho al veto.
¿La estabilidad de Polonia?
A pesar del sentimiento de pérdida de los polacos, varios funcionarios y analistas han declarado, según informan agencias, que el accidente no supondría ninguna amenaza seria a la estabilidad política y económica de Polonia, un firme miembro de la OTAN y de la Unión Europea.
Las elecciones presidenciales estaban previstas para otoño de este mismo año: el presidente Kaczynski iba a buscar su reelección para un segundo período de 5 años por su partido de orientación conservadora-nacionalista. El ahora presidente interino Komorowski buscaba llegar al palacio presidencial por el partido liberal del primer ministro Donald Tusk.
La pregunta latente que aún es muy temprano para plantear en voz alta es si Jaroslaw Kaczynski relevará a su hermano.Como fuere, el presidente interino Komorowski declara que va a actuar de acuerdo a lo prevé la Constitución y que las elecciones serán a finales de junio y pide a los polacos dejar a un lado sus diferencias políticas en estos momentos.
Al respecto, Hubert Wohlan, comentarista de la emisora alemana Deutschlandfunk, advierte: “Cabe esperar una campaña electoral plagada de emociones nacionales. La clase política deberá tener cuidado de que estas emociones no se salgan del cauce”.
Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina-Valencia