Polonia se queda sin carbón y el invierno aún no ha empezado
2 de noviembre de 2022El carbón de alta calidad cuesta, por ahora, casi 640 euros la tonelada. Ese el salario mensual para muchos habitantes de la Alta Silesia en Polonia. Para calentar una casa familiar en invierno, se necesitan entre tres y cuatro toneladas.
El carbón, el "oro negro", tiene mucha tradición en Polonia. En la Alta Silesia se extrajo durante más de doscientos años. Desde hace tiempo, el país está experimentando una transición a otras fuentes de energía. Pero para tres millones de hogares sigue siendo la única fuente de calor, según el Ministerio de Clima y Medio Ambiente de Polonia.
El partido líder conservador Ley y Justicia (PiS), apoyó la extracción de carbón, pero al mismo tiempo impulsó el desmantelamiento de la industria minera polaca, ya que genera pérdidas millonarias.
El país comenzó a importar desde hace años carbón de mejor calidad y más barato de Rusia para calentar los hogares. Sin embargo, con la invasión rusa de Ucrania y el embargo del gobierno polaco sobre el carbón ruso, la gente tiene que buscar alternativas.
La venta en la empresa pública minera funciona mal
"En el pasado, simplemente pedías el carbón en un almacén. Concretabas una cita y el camión de reparto llegaba a tu casa con la mercancía", dice Stefan Jajszczok, de Bielsko-Biala, a 15 kilómetros al sur de la mina Silesia. Jajszczok ha comenzado a buscar ofertas más baratas en Internet.
En la tienda online de la empresa minera estatal polaca, los precios parecen bajos, unos 319 euros por tonelada. "Hay que actualizar la página y esperar a ver si hay suerte", explica Jajszczok. Unos minutos después de que aparezcan las ofertas, puede ser que ya sea demasiado tarde. Además, el sitio web no está siempre disponible debido a la cantidad de usuarios.
Al final logró comprar dos toneladas. Su casa está provista desde hace años con un sistema de gas, una chimenea y paneles solares. "Compro carbón para la familia. Mi cuñada no sabe manejarse bien en Internet. Mucha gente mayor tiene problemas con esta situación", asegura.
Compras de pánico en la región minera
Los habitantes de Silesia que no quieren comprar en línea, van directamente a las minas. "Hice cola aquí durante seis horas", dice Iwona, que espera en la puerta de entrada de la mina en Brzeszcze, un pueblo cerca de Oswiecim. El frío comienzo del otoño en septiembre provocó el pánico entre los que calientan sus casas con carbón. Miles de personas hacían cola frente a las minas de Polonia día y noche para registrarse.
Aunque Iwona estaba en la lista de espera desde el 5 de septiembre, recibió un mensaje de la mina ocho semanas después. Un día después recibió el carbón en casa. Es un proceso complicado y burocrático, pero a Iwona no le importa. "Lo más importante es que ahora hace calor (en casa)", reconoce con alegría.
Llantas de automóviles, basura
En la mayoría de los tres millones de hogares que calientan con carbón en Polonia, viven personas mayores y muy pobres. El resto ha invertido en otras fuentes de energía durante las últimas dos décadas, a menudo, con subvenciones públicas. Pero, el carbón sigue siendo indispensable en las pequeñas ciudades y pueblos.
Los que aún usan carbón, corren el peligro de tener un problema serio de salud por la polución. Selesia tiene la peor calidad de aire del país. Allí el aire huele a plástico o dulzón, y en las chimeneas ondea humo amarillo. Las autoridades multan si se calientan los hogares con materiales no autorizados, pero permiten que lo hagan con muebles viejos o basura.
La organización "Alerta Polaca de Polución" estima que hasta 45.000 personas mueren en Polonia cada año debido al aire contaminado.
(rmr/ers)