Política interna turca a las calles alemanas
28 de julio de 2016“¿Por qué se permite esta manifestación?”, reza un titular en la página de Internet de la Policía de Colonia. Es la misma pregunta que se hacen muchos otros ciudadanos estos días, cuestionando la manifestación masiva convocada por la Unión de Demócratas Turcoeuropeos, que apoyan al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. La marcha discurrirá al mismo tiempo que otras varias protestas más pequeñas en contra de Erdogan, al menos cinco.
La Policía colonesa explica que, “en nuestra democracia, todo el mundo tiene derecho a concentrarse pacíficamente y sin armas”. Y prosigue: “practicar este derecho básico no está vinculado necesariamente con consignas políticas o ideologías concretas. No es tarea de la Policía aprobar o autorizar manifestaciones, sino asegurarse de que la gente puede ejercer su derecho de reunión. Prohibir una protesta es una opción solo en casos excepcionales”. La Policía advierte además que “nunca puede predecirse cómo va a discurrir una marcha”, pero asegura “estar preparada para pasar a la acción ante cualquier tipo de violencia”.
“Paren esta locura”
Unos dos mil policías llegados de todo el país se ocuparán de la vigilancia el domingo. Entre ellos, oficiales que hablan turco y pueden intervenir en caso necesario. Se espera que acudan unas 15.000 personas a las marchas previstas. En Alemania hay unos tres millones de turcos o personas de origen turco. Antes de las elecciones presidenciales turcas de 2014, miles marcharon a favor de Erdogan durante su visita preelectoral a Alemania.
Mientras, los ciudadanos de Colonia han pedido a la ciudad “parar esta locura”. Varias cartas al director publicadas en el diario Kölner Stadt-Anzeiger el miércoles (27.07.2016) expresan el temor de que se esté abusando del derecho a la libertad de reunión y denuncian el hecho de que se vaya a permitir “una manifestación a favor del dictador Erdogan, el hombre que se ha asegurado de que el poder judicial en Turquía actúe según su voluntad”. A algunos lectores les parece mal el mero hecho de que se haya aprobado su celebración: “No podemos tener gente en Alemania difundiendo propaganda a favor de gobernantes extranjeros”, argumentan.
Un derecho constitucional
Felix Butzlaff, del Instituto de Investigación para la Democracia, de Gotinga, dice que “a los ciudadanos les puede parecer problemática una manifestación como esa, pero eso no debiera llevarlos a pensar en que el derecho a la libertad de reunión tenga que sufrir restricciones”. Además, Butzlaff argumenta que “tampoco es algo nuevo que el centro de la marcha sea un líder político extranjero”, y recuerda las protestas contra la guerra de Vietnam en la década de los años 70 y la ampliamente difundida visita a Berlín de Barack Obama incluso antes de que fuera elegido presidente.
Sin embargo, conscientes de que las tensiones internas de Turquía pueden jugar un papel en Alemania, los políticos alemanes, concretamente los conservadores, tienen que tomar un posicionamiento. “La política interna turca no puede estar en suelo alemán”, dijo Andreas Scheuer, Secretario General de la CSU, la Unión Cristiano-Social de Baviera, y añadió que la gente que desee involucrarse en la política interna turca tendrá que abandonar Alemania y volver a Turquía. La presidenta del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Hannelore Kraft, también pidió a la comunidad turca no trasladar los conflictos de aquel país a “la patria elegida. Todo el mundo tiene derecho a salir a la calle para expresar sus convicciones, pero, por favor, sean razonables y pacíficos”, apeló Kraft.