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Política migratoria alemana: ¿fin de la cultura de acogida?

27 de septiembre de 2023

Con estados y municipios que dicen estar sobrepasados, Alemania planea medidas en política migratoria y tomaría como ejemplo las duras normas que rigen en Dinamarca. Pero allí no todo es como parece.

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Muro para frenar a migrantes en la frontera de Polonia con Bielorrusia.
La política alemana se plantea cómo reducir la llegada de personas migrantes.Imagen: Agnieszka Sadowska/AP Photo/picture alliance

Alemania está ante importantes elecciones parlamentarias en algunos estados federados. El partido populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) está en segundo lugar en las encuestas. Los alcaldes en todo el país dicen estar al límite de su capacidad y sus recursos para atender a una cantidad cada vez mayor de refugiados. Esta es, a grandes rasgos, la situación política ante la cual cobra impulso el debate sobre la política migratoria en Alemania.

El tono del debate es, por momentos, alarmante: "La cantidad de personas que llegan ahora es mucho mayor que la que se puede afrontar”, dijo hace poco el canciller alemán, Olaf Scholz. El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo recientemente que se había "llegado al límite de la carga”. Y el vicecanciller Robert Habeck, de Los Verdes, declaró en una entrevista con el medio alemán RedaktionsNetzwerk Deutschland: "Para proteger el derecho a asilo debemos aceptar la realidad y resolver los problemas concretos, aun cuando eso signifique tomar decisiones moralmente difíciles”.

Migrantes hacen cola ante el centro de acogida en Eisenhüttenstadt, Alemania.
Los municipios dan la alarma en Alemania por estar sobrepasados por la llegada de migrantes.Imagen: Hannes P Albert/dpa/picture alliance

¿Una cierta dosis de crueldad?

Hace ocho años, el conocido filósofo Peter Sloterdijk fue duramente atacado cuando, en vista de la llegada de cientos de miles de personas, pidió a los europeos que reconsideraran su propio atractivo para los refugiados. Habló de "un sistema de defensa, cuya construcción requiere una cierta dosis de crueldad". Y diagnosticó el principal problema, porque: "Los europeos se definen a sí mismos como benévolos y no crueles".

Entretanto, ese llamado parece haber llegado a la corriente política predominante. El expresidente Joachim Gauck habló el domingo (24.09.2023) de una "pérdida de control”, y continuó: "Tenemos que descubrir márgenes de acción que, al principio, pueden resultarnos antipáticos porque suenan inhumanos”. Además, consideró que "es incluso un deber político llevar a cabo una estrategia de limitación” de la migración. Como ejemplo puso a Dinamarca, como ya lo habían hecho otros políticos.

El gobierno socialdemócrata danés sigue desde hace años un curso duro y restrictivo en política migratoria. El resultado en cifras: en julio de 2023. Solo 180 personas solicitaron asilo en Dinamarca, un país de seis millones de habitantes. En Alemania, que tiene más de 84 millones de habitantes, lo hicieron 25.165 personas, según la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF).

Valla de alambre de púas en la frontera polaca.
Valla de alambre de púas en la frontera polaca con Bielorrusia.Imagen: Attila Husejnow/ZUMAPRESS/picture alliance

Instrumentos de disuasión

Entre los instrumentos de disuasión en Dinamarca están los duros recortes de los beneficios sociales para migrantes. "Con eso se quiere lograr que las personas no vengan en absoluto, o que las que ya están allí, pasen rápidamente al mercado laboral. Pero esto último solo funcionó en parte”, explica la investigadora austríaca sobre migración Judit Kohlenberger, en entrevista con DW. "En realidad, lo que también sucede debido a esos recortes es que la delincuencia ha aumentado, y el éxito en la formación de las y los migrantes ha disminuido. Y ambas cosas son consecuencias esperables, porque también se ven en otras situaciones, cuando se investiga sobre la pobreza”, señala.

El investigador sueco sobre migración Bernd Parusel añade: "Dinamarca también limitó fuertemente el derecho a la llegada de familiares de migrantes, y anuló el estatus de protección para los refugiados sirios”. Judith Kohlenberger señala que la presión migratoria disminuyó en Dinamarca solo porque los migrantes fueron recibidos por los países vecinos, uno de los principales, Alemania.

¿Proceso de asilo en Ruanda?

Dinamarca congeló temporalmente el proyecto de trasladar el procedimiento de asilo fuera de su territorio. Ruanda era uno de los lugares en discusión, como lo fue también para Gran Bretaña, que abandonó la idea, al menos por ahora. Según Kohlenberger, "los refugiados, que serían prácticamente externalizados, deben tener acceso a un procedimiento de asilo conforme al Estado de derecho ese tercer país. Y esos pilares jurídicos no están dados en Ruanda”.

En Alemania también se debate la posibilidad de trasladar los procedimientos de asilo a terceros países. La idea básica: los refugiados tienen derecho a protección, pero no a elegir dónde encontrarla. A menudo se cita a Australia como ejemplo. Canberra ha reducido el número de refugiados con el controvertido trasladando de sus procedimientos de asilo a Papúa Nueva Guinea.

¿Deportaciones más efectivas?

En el debate actual en Alemania surge frecuentemente el pedido de realizar deportaciones más efectivas. Según datos del registro central de extranjería, a finales de 2022, de cerca de 304.000 personas que estaban obligadas a salir de Alemania, unas 248.000 tenían estatus de "toleradas”. Eso significa que no fueron deportadas porque estaban enfermas o por una guerra en su país de origen. En 2022, fueron deportadas cerca de 13.000 personas.

"En Austria hemos visto, de hecho, un aumento de las deportaciones en los últimos años”, dice la investigadora Kohlenberger. Pero aclara que estas se hicieron en gran parte hacia otros países europeos, y en la mayoría de los casos no se debieron al rechazo de solicitudes de asilo.

Compitiendo por la peor oferta para migrantes

En la UE falta un sistema eficiente de distribución de responsabilidades y costos de la migración. Bernd Parusel observa que muchos países toman medidas en "una competencia en espiral descendente”, es decir, tratando de quitarle atractivo a la migración a ese país, y disuadiendo a los migrantes de venir.

Tomando todo esto en cuenta, "no hay una estrategia ideal en la política migratoria y de refugiados, sino que esta debe aplicarse de forma escalonada, en diferentes niveles políticos y con diferentes instrumentos”, dijo la investigadora sobre migración Petra Brendel a DW. "Y lo más importante es que prestemos atención a la base jurídica: es decir, el derecho internacional, el derecho de la UE y la Constitución alemana".

(cp/ers)