Políticos critican despidos en el Deutsche Bank
4 de febrero de 2005
El número dos de la bancada socialdemócrata en el Bundestag alemán, Michael Müller, calificó de "una sinvergonzada aumentar así las expectativas de ganancias en detrimento de los puestos de trabajo".
Tampoco ahorraron críticas ni los Verdes, en el gobierno junto con el Partido Socialdemócrata (SPD), ni la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), aunque en ésta sobre todo el ala de representación de los trabajadores.
"Es una muestra de que se está perdiendo toda ética económica", dijo el presidente del sector de los trabajadores en la CDU, Gerald Weiss.
Y agregó: "Tener en cuenta sólo las ganancias es una prueba de que se piensa sólo a corto plazo. Hay que trabajar para la gente y con la gente".
Enorme enfado
Enorme enfado con la decisión del Deutsche Bank manifestó también el experto socialdemócrata en finanzas Joachim Poss: "el rumbo tomado por el Deutsche Bank es sumamente cuestionable, tanto económica como moralmente".
Christine Scheel, experta en finanzas de los Verdes, subrayó por su parte que en vista de los más de cinco millones de desocupados en Alemania, la decisión del banco es más que problemática.
Josef Ackermann, el presidente del directorio del Deutsche Bank, anunció que planea eliminar 6400 puestos de trabajo, en todo el mundo.
Por otra parte, dijo que creará 1200 nuevos empleos, pero en países de sueldos bajos. Es decir, que, por saldo, 5200 personas perderán su fuente de trabajo.
Ola de despidos en todas las categorías
La mayoría de los despidos, 3280, se registrarán en el exterior, mientras que en Alemania se perderán 1920 empleos.
La ola de despidos afectará a todas las categorías de sueldos. Aún no han trascendido detalles, pero se ha insinuado que uno de cada cinco directores del management en área de banking de inversiones quedará en la calle.
En enero, por ejemplo, uno de los afectados fue John Traynor, elegido en 2004 en cuarto lugar entre los mejores analistas de acciones en los sectores del petróleo y el gas.
En el caso de los empleados mejor pagados, no hay seguramente por qué tener compasión. Es más, algunos de ellos esperan que los echen, ya que el banco les ofrece un bonito presente de despedida: una bonificación del 50% de sus sueldos totales del último año.
El tacto brilla por su ausencia
Que empresas despidan empleados no es nada nuevo. Lo sorprendente en el caso del Deutsche Bank –y lo que ha desatado las iras de los políticos– es que el banco lo hace al tiempo que da a conocer un aumento de las ganancias netas del 87%, que alcanzaron en 2004 la friolera de 2550 millones de euros.
Por otra parte, se sabe que Ackermann es un "duro": cuando entró en funciones, en mayo de 2002, el banco tenía 85.000 empleados. Ahora son 65.000. Y pronto serán menos de 60.000. Seguramente Ackermann tendrá sus razones para tomas esas medidas, pero de algo no queda duda: tacto, no tiene.