¿Por qué tememos al ébola?
20 de octubre de 2014No es necesario que respondan ahora: ¿Cuánto son 16 por 37? ¿Y dos por dos? La primera pregunta seguro que la han pasado por alto, mientras que la segunda la han resuelto inmediatamente de cabeza. Pero, ¿por qué? Porque la solución ya la tenían preparada. La primera, sin embargo, era tan compleja que necesitaba una decisión firme para ser resuelta.
“Las personas son vagas y pretenden que todo funcione de forma automática”, dice la psicóloga de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, Eva Lermer. “Si encima nos enfrentamos a un problema o un suceso complejo, tendremos que cambiar nuestra forma intuitiva de pensar por un sistema racional que nos hará esforzarnos. Y eso no nos gusta”.
El miedo infundado
En esta pereza típica del ser humano influye nuestra forma de evaluar riesgos, ya sea en lo que concierne a la intuición, los sentimientos o la sub- o sobreestimación de riesgos. Con aquellas informaciones que, sin embargo, nos permiten sopesar las cosas de forma racional no tenemos tantos problemas. Así se explica el miedo que tienen seis de cada diez alemanes con respecto al ébola. Una enfermedad de la que todavía no se ha contagiado nadie en Alemania.
“Si nos paramos a pensar de forma racional nos daríamos cuenta de que en Alemania no es muy alto el peligro”, añade Lermer. A pesar de ello, la investigadora en evaluación de riesgos asegura que el hecho “mantener nuestra forma de pensar intuitiva nos hace cometer errores”.
Gripe, epidemia mortal
Entonces, ¿por qué estamos cometiendo el error de sobreestimar el peligro de infectarnos por ébola fuera de los tres principales países afectados: Sierra Leona, Guinea y Liberia? El profesor de Sociología de la Universidad de Stuttgart, Ortwin Renn, ha tratado el tema en su libro “La paradoja del riesgo”. “Sobreestimamos rápidamente enfermedades cuyas tasas de mortalidad son mucho mayores a sus tiempos de convalecencia”, asegura Renn. “Entre 10.000 y 12.000 personas mueren anualmente a causa de la gripe en Alemania. Y éstos no representan más de un 0,05% de los afectados por esta enfermedad. La mayoría saben que sanarán nuevamente”.
Un fallo en el sistema
La segunda causa de subestimación del riesgo del ébola son los medios de comunicación. No hay ninguna cadena que no empiece sus emisiones tratando el tema. “Da igual lo buena que sea la información: cuánto más se informe al respecto, mayor será la probabilidad de que uno de nosotros pueda verse infectado”. Aquí la paradoja: aunque un reportaje remarque la improbabilidad de contraer ébola fuera de África, el miedo de las personas ante la epidemia aumentará.
Y es que el sistema tiene un gran fallo: los medios de comunicación informan acerca de los imprevistos y las cosas atípicas, y no sobre aquello que sucede habitualmente, lo que contribuye a que las personas evalúen los riesgos y los peligros de forma errónea. En el tema del ébola, además, confluyen otros factores como la falta de calidad de las informaciones.
El miedo, por tanto, se extiende más rápido que la propia epidemia, asegura Alexander Kekulé , virólogo de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg. Kekulé es una de las pocas personas que se toman la molestia de pensar en la respuesta al 16 por 37. Aunque asegura que es posible que en Alemania se pueda producir alguna infección por ébola, “no conocemos ningún caso de contagio en el metro o por contacto entre personas que se sientan al lado una de otra”, dice Kekulé. Hasta el momento todos los contagios documentados se han producido por contacto físico directo, como el que se produce entre los médicos y los pacientes. “El riesgo de infección que tiene la gripe no existe en el caso del ébola”, asegura Kekulé. La probabilidad de sufrir un contagio por ébola en Alemania es prácticamente cero. Su recomendación, por tanto: tranquilidad y serenidad.