Rechazo a presupuesto llevaría a elecciones en Portugal
27 de octubre de 2021Como estaba previsto, el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista se alinearon con la oposición de derecha contra la ley de presupuestos para 2022 sometida por el gobierno minoritario, formado en 2015. El rechazo de esta ley, algo que nunca había sucedido desde el regreso de la democracia portuguesa en 1974, no implica automáticamente la caída del gobierno o la anticipación de las elecciones, previstas normalmente para el otoño 2023. Pero el presidente conservador Marcelo Rebelo de Sousa, que buscaba forzar un compromiso presupuestario clave para obtener los fondos europeos asignados en el contexto de la pandemia de covid-19, ya dijo que usaría su poder de disolución en caso de bloqueo de la ley de presupuesto.
"Siempre he querido que no llegáramos hasta aquí e hice todo lo posible para evitarlo, pero también expliqué claramente cuál sería la consecuencia", insistió antes del voto. "Si la asamblea no tiene capacidad para adoptar un presupuesto que es fundamental para el país, sería positivo devolver la palabra a los portugueses para que digan lo que piensan respecto a la futura asamblea", dijo el jefe de Estado, desde el norte del país.
Antonio Costa: "Lo último que necesita Portugal es una crisis política"
Inmediatamente después del voto, la presidencia anunció que se llevarían a cabo las consultas necesarias para que el jefe de Estado pueda disolver el Parlamento y determinar una fecha electoral. Rebelo de Sousa recibirá a los partidos el sábado, antes de una "reunión especial" de su Consejo de Estado el miércoles.
Por su parte, Antonio Costa, que descarta dimitir, advirtió que "la última cosa que necesita el país (...) es una crisis política en estas circunstancias". Para el líder de la oposición de derecha, Rui Rio, "las elecciones deben celebrarse lo antes posible", es decir, a partir del mes de enero.
Los socialistas llegaron al poder hace seis años gracias a una alianza inédita con el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista. En aquel momento, la izquierda había superado sus divisiones para poner fin a la política de austeridad aplicada por la derecha a cambio del plan de rescate internacional concedido a Portugal en 2011.
Pero las discusiones en torno al presupuesto 2022 tropezaron sobre todo con la voluntad de la izquierda radical de derogar las disposiciones del código del trabajo heredadas del tiempo de la "troika" de los acreedores (UE-BCE-FMI).
Esta frágil unión de la izquierda, conocida por los portugueses como "jerigonza", comenzó a resquebrajarse tras las elecciones del otoño boreal de 2019. Costa, que fue el más votado pero no alcanzó la mayoría por ocho escaños, se abstuvo entonces de negociar nuevos acuerdos que garantizaban la estabilidad hasta las legislativas previstas a finales de 2023, prefiriendo negociar puntualmente los apoyos parlamentarios necesarios.
El escenario de unos comicios legislativos anticipados podría perjudicar a todas las fuerzas presentes, excepto a la extrema derecha, que espera consolidar su avance de la elección presidencial del pasado enero, comentó la politóloga Paula Espirito Santo, de la Universidad de Lisboa. A la derecha, los dos partidos conservadores también se ven atrapados en medio de disputas internas y de falta de liderazgo unánime.
jov (efe, eldiario.es)