Primer ministro de Turquía pide a kurdos que dejen las armas
28 de julio de 2015
Una nueva jornada de ataques en la doble ofensiva militar que lleva adelante Turquía contra posiciones del Estado Islámico en Siria y de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán en Irak y Siria, se registró este lunes (27.07.2015), mediante bombardeos contra posiciones kurdas en ambos países, lo que ha generado toda clase de reacciones a nivel internacional y sospechas sobre el verdadero objetivo perseguido por Ankara.
El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu (en la foto), dijo en una entrevista con la cadena de televisión ATV que los bombardeos responden a la necesidad de su país de responder ante cualquiera que ponga en riesgo la seguridad. “Apuntamos contra los que apuntan a Turquía. Si alguien no apunta a Turquía, tampoco apuntamos contra él”, justificó. El ataque contra el EI se explica por un atentado en la ciudad de Suruc y el ataque a un puesto militar fronterizo.
Contra el PKK, en cambio, la situación es un poco más difusa. El partido está proscrito en Turquía, pero el gobierno y sus dirigentes llevan adelante un diálogo de paz para poner fin al conflicto que los enfrenta desde 1984, el que se ve en serio riesgo tras la decisión de atacar por aire tomada por Turquía. La rama armada kurda está en estado de alerta, y en los últimos días se le atribuyen algunos atentados aislados contra las fuerzas de seguridad.
¿Contra el EI o contra los kurdos?
Por todo lo anterior, Davutoglu aseguró que las armas y la democracia no son compatibles, y recordó que el PKK había prometido en marzo de 2013 “dar por cerrada la fase armada”. Combatientes kurdos ubicados en el noreste de Siria, que son los únicos que han conseguido triunfos militares contra el Estado Islámico, advirtieron a Ankara de transitar un camino precario al enfrentarse simultáneamente al EI y a los kurdos. Asimismo, denunciaron que Turquía atacó posiciones de combatientes kurdos que hostigaban al EI.
La renovada campaña del Ejército contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha liderado una insurgencia de tres décadas contra el estado turco parcialmente desde campamentos en el norte de Irak, ha elevado la sospecha de que la agenda real de Turquía no es combatir al Estado Islámico, sino poner freno a las presuntas ambiciones territoriales kurdas tanto en Siria como en Irak, ambiciones que podrían afectar a Ankara.
En tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó al diálogo entre Turquía y el PKK, señalando la importancia de no reabrir el conflicto que ya ha causado mucho sufrimiento al país.
DZC (EFE, dpa, Reuters)