Q.E.P.D. después del gran pitazo final
10 de septiembre de 2008Cuando su equipo va perdiendo, los hinchas del Hamburgo SV entonan en el estadio cánticos de obstinación y rebeldía, recordando que todo pasa… menos la fidelidad a los colores de sus amores hasta más allá del pitazo final de la vida.
El club ha tomado ahora al pie de la letra ese juramento de las tribunas, inaugurando el primer cementerio europeo para hinchas de fútbol y el único en el mundo hasta ahora cerca del estadio. El otro cementerio de un club de fútbol en el mundo es el del Boca Juniors argentino.
En la última morada del Hamburgo SV pueden ser sepultados hasta 500 cuerpos. La primera inhumación tendrá lugar en los próximos días. Quien impulsó la idea de crear un cementerio, Christian Reichert, miembro del directorio del club, sabe que puede confiar en la fidelidad de los hinchas hasta más allá de la muerte.
Último descanso debajo del césped santo
Un buen ejemplo es Horst Eberstein. Desde hace casi 54 años trabaja en forma honoraria para el Hamburgo SV. "Estoy casado con el club un año más que con mi esposa", dice el hoy casi octogenario. Para Eberstein es un sobreentendido que quiere hallar su último descanso en el cementerio del club.
El arquitecto, Frido Röhrs, resalta que en el tema de la muerte y el luto, "toda forma de espectáculo está demás". Por ello, el club no hace concesiones en cuanto a la seriedad. Ni banderines de esquina ni líneas de cal tienen cabida en el nuevo cementerio. Referencia al fútbol hacen sólo dos elementos: una entrada con forma de arco de fútbol de medidas originales y un ordenamiento de las tumbas en terrazas, que recuerda a las tribunas del cercano estadio. Y el césped entre las tumbas proviene por supuesto del estadio.
El Hamburgo SV no persigue intereses comerciales con la construcción del cementerio. Por el contrario, la idea es proporcionar a los hinchas un elemento de identificación con algo que hizo gran parte de su vida.
Ceremonia fúnebre con himno
El Círculo de Apoyo al Hamburgo HSV aportó 20.000 euros para la financiación del cementerio, mientras que el propio club dio otros 30.000 para la construcción del portal de entrada. Los ingresos que se generen por la venta de licencias a empresas fúnebres y jardineros que cuiden de las tumbas serán reinvertidos en la conservación del camposanto.
Próximamente se erigirá un monumento a los hinchas, jugadores o funcionarios del club caídos en la I y II Guerras Mundiales. A la ceremonia de inauguración fueron invitados miembros de las comunidades católica, evangélica, judía y musulmana de Hamburgo, entre ellos el párroco del residencial barrio de Blankenese, Peter Mies.
"Si un hincha del Hamburgo quiere seguir estando próximo a su club más allá del gran pitazo final, ¿por qué no?", dice el sacerdote católico. La posibilidad de ser inhumado en el cementerio del Hamburgo SV quedará reservada naturalmente a los 50.000 socios del club.
Entre los servicios que se ofrecen se cuentan ataúdes en los colores blanco, azul y negro del club, así como tumbas decoradas con un rombo blanquinegro sobre fondo azul, distintivo de la escuadra hamburguesa. Si los deudos de un muerto lo desean, podrán acompañar la ceremonia fúnebre con el himno del club, "Hamburgo, mi perla".