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¿Quién le tiene miedo a RFID?

Pablo Kummetz / ZR21 de junio de 2005

La Radio Frequency Identification, RFID, está en boga. Se trata de microprocesadores con datos que pueden ser leídos a distancia. Por ejemplo en una entrada al estadio. A los aficionados no les hace ninguna gracia.

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Microprocesadores RFID: quién viene y quién va.Imagen: dpa


Los chips RFI tienen el tamaño de una cabeza de alfiler y pueden almacenar numerosos datos. Actualmente se adhieren a paletas, contenedores y envases. El objetivo es que a largo plazo substituyan a los códigos de barras.

RFID-Chip
Los microprocesadores en las entradas: ¿control total?Imagen: AP

Sus ventajas son mayor rapidez en la distribución de mercaderías y protección ante los ladrones. En gran escala se van a utilizar esos chips en las entradas del Mundial 2006. Cada comprador dejará sus datos personales en los lugares de venta.

Para acceder a entradas debe rellenarse un vasto cuestionario. La FIFA quiere saber desde el nombre y la dirección, pasando por el número de teléfono, de fax y los datos de cuenta bancaria. Hay que proporcionar más datos, por ejemplo, que para el registro domiciliario en las oficinas públicas.

Pásame esos datos

El Comité Organizador del Mundial 2006 tenía planeado vender esos datos a empresas especializadas en mercadotecnia. Tanto la Unión de Aficionados Activos (BAFF) como la Asociación Federal de Centrales de Consumidores se rebelaron contra esos planes.

El Comité Organizador del Mundial 2006 cedió. Ahora, el interesado en comprar entradas puede decidir él mismo si sus datos pueden ser dados a terceros o no a efectos publicitarios.

Pero mucho más molesta a los aficionados y los protectores de datos el proyectado empleo de chips RFID en las entradas. Los organizadores dicen querer así racionalizar el ingreso al estadio y proteger las entradas contra falsificaciones.

Las entradas serán leídas en los portones de los estadios, sin que sea necesario sacarlas del bolsillo de la camisa. Los ticketess serán personalizados con el nombre del comprador impreso en el anverso. Así se aspira también a no dejar entrar a los estadios a conocidos "hooligans". Otro objetivo es evitar el mercado negro.

Controles al azar: ¿para qué sirven?

No obstante, los organizadores sólo realizarán controles aleatorios en las entradas a los estadios, por lo que las posibilidades de descubrir entradas revendidas que no lleven el nombre del primer comprador van a ser bastante menores.

Por otra parte, si se controla a cada uno de los 60.000 aficionados que caben por ejemplo en el estadio de Dortmund, todo el sistema con el chip deja de tener sentido.

Los chips para las entradas del Mundial 2006 serán producidos por la empresa Philips, que ganó la licitación. La tecnología RFID está en auge. La facturación en 2005 se calcula en 2000 millones de dólares. La aplicación más conocida hasta ahora es la apertura a distancia de las puertas de los automóviles.

Lo que les molesta a los aficionados es que con el chip se puede seguir el paradero de personas. A nadie interesa si Juan Pérez fue al estadio el domingo o no, argumentan. La BAFF espera contar para antes del comienzo del Mundial con aparatos capaces de leer los chips.

La entrada en el microondas

De esa forma quiere constatar si los datos almacenados son realmente los que dice haber registrado el Comité Organizador o hay más.

Si en el chip está registrado algo más que el día y el lugar del partido y los nombres de las selecciones recomienda, para proteger la esfera privada del aficionado, inutilizar el chip, ya sea con una tijera o poniendo la entrada en un horno microondas.

Entradas técnicamente dañadas serán substituidas por otras antes del comienzo del partido, en tanto el comprador se pueda identificar como tal. Sin embargo, si empiezan a aparecer entradas dañadas en gran número, el proyecto RFID pronto quedará desacreditado y dará que hablar... pero más que por brillantez técnica por largas filas de aficionados enfurecidos.