¿Qué fue de la pandemia de Gripe A?: la OMS en el punto de mira
19 de enero de 2010
Bombardeada por un aluvión de críticas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha iniciado en Ginebra una semana de encuentros y reuniones. El organismo, reza la principal de todas las quejas, catalogó demasiado pronto a la Gripe A como una enfermedad altamente susceptible de convertirse en pandemia- hasta ese nivel elevó la alarma en junio de 2009, aconsejando a las autoridades sanitarias nacionales que se preparasen para lo peor.
Se habló de cifras de muertos que podían alcanzar los cientos de miles, pero seis meses después han fallecido a causa de la gripe porcina 13.000 personas- considerablemente menos de las que cada año padecen a consecuencia de la gripe estacional. Los países europeos destinaron millones de euros a comparar vacunas; los hospitales del continente invirtieron tiempo y dinero en implementar programas para el posible estallido de una pandemia. Ahora, muchos gobiernos consideran que se trató de desembolsos innecesarios. A la OMS se la acusa de exagerar la gravedad de los hechos, de hablar de una peste ficticia. Y de engrosar las cuentas corrientes de las farmacéuticas.
"La pandemia es real", contradice Keiji Fukuda, nombrado por la OMS en octubre de 2009 asesor especial de la directora general en materia de gripe pandémica. "La acusación de que el H1N1 es una invención es científicamente errónea e históricamente inexacta", añade.
Aún así, un número importante de políticos europeos tiene serias preguntas que hacerle a la institución. Como, por ejemplo, el parlamentario británico Paul Flynn: "queremos saber quién decidió elevar el nivel de alarma. Queremos saber qué se decidió sobre la base de motivos médicos y de salud y qué se decidió para favorecer los intereses económicos de las compañías farmacéuticas. Lo más peligroso de todo esto es el haber convertido a la gripe aviar y a la gripe porcina en lobo porque nadie va a creer a la OMS cuando en el futuro aparezca con otra amenaza, con otra historia de miedo".
Vacunas devueltas
El pasado lunes, Grecia canceló un tercio de sus pedidos de vacunas contra la Gripe A y exigió a las farmacéuticas que las comercian que le devuelvan los pagos adelantados. "Vamos a pagar sólo las vacunas que ya nos han llegado", anunció a la prensa el ministro de Sanidad griego, "el país reclama el reembolso del dinero ya transferido". Atenas se deshace así de 12,3 millones de vacunas, del total de 16 millones que había solicitado para proteger a una población de 11 millones de personas.
Las autoridades sanitarias noruegas realizaron una maniobra similar a la de sus colegas del sur de Europa y llegaron a un acuerdo con la británica GlaxoSmithKline (GSK) para reducir en un 30% el número de vacunas compradas, un trato que según Oslo es idéntico al que este gigante farmacéutico ha firmado con Alemania y Bélgica, y que le va a ahorrar al país escandinavo unos 24,6 millones de euros. Al contrario que Grecia, Noruega se atuvo a la recomendación de la OMS y compró originariamente dos vacunas por habitante, es decir, que había pedido 9,4 millones de dosis para sus 4,8 millones de ciudadanos.
Finalmente, en todo Grecia han muerto 97 personas a causa de la Gripe A, mientras que en Noruega fueron 29.
Un debate que no acaba aquí
Así, la mayor de las acusaciones que ahora se alza contra la OMS es la de haber obrado en pro de las grandes farmacéuticas- al fin y al cabo, muchos de sus especialistas en pandemias son los mismos que trabajan en los laboratorios de quienes desarrollan este tipo de vacunas. Sin embargo, Fukuda cree que no existe conflicto de intereses porque las reglas dentro del organismo están claras: "La OMS exige a todos sus consejeros transparencia en cuanto a sus intereses profesionales y financieros, lo que incluye declarar el dinero recibido de compañías farmacéuticas o consultoras y su nivel de implicación en las metas económicas de las mismas".
Las críticas hacia el organismo sanitario hubieran sido mucho mayores, considera Fukuda, si no hubiese reaccionado con la contundencia con que lo hizo ante la amenaza que suponía la Gripe A. "Ninguna autoridad sanitaria- y eso vale también para la OMS- puede permitirse el no actuar. La OMS y las restantes instituciones adoptamos medidas preventivas. Es decir, que tratamos de preparar a todo el mundo para lo peor en la esperanza de lo mejor", asegura el experto.
No obstante, y por mucho que la OMS así lo quisiera, este debate no acaba aquí. La semana que viene, el Consejo de Europa inicia en Estrasburgo una sesión urgente dedicada a la gripe porcina a la que se ha invitado a asistir a los directivos de las compañías productoras de las vacunas.
IF/ LB/ ai/ bk/afp
Editor: Enrique López Magallón