¿Qué le deja Pep Guardiola a Alemania?
22 de mayo de 2016En el fútbol los gustos son tan subjetivos como las cifras de las estadísticas. Los aficionados o rivales de uno u otro club, y los amantes o detractores de determinadas formas de jugar, robustecen sus sentimientos a favor, o en contra, con números.
Al compendiar el paso de Pep Guardiola por Alemania esta situación se hace evidente. Sus adeptos sacan a relucir, entre otras cosas, las tres semifinales de la Champions League y los tres triunfos consecutivos en la Bundesliga con 82 partidos ganados y 11 empatados, de 102 disputados; 254 goles a favor, solo 58 en contra; 2,52 puntos en promedio por juego. Sus detractores recalcan la meta incumplida de llegar a la final de la Champions League y ganarla, o el irse de Alemania sin haber levantado nunca la Supercopa local.
El tipo de fútbol que el Bayern practicó bajo su dirección también suscita opiniones divididas. A unos entusiasmó por ser dominante y casi perfecto, a otros aburrió por ser opresivo y asfixiante. En resumen: no es fácil hacer un balance objetivo de la herencia que Guardiola le deja a Alemania sin chocar con la subjetividad del hincha. Aún así, es oportuno presentarlo.
Retroceso internacional
Pep Guardiola llegó a Alemania en plena cúspide internacional de la Bundesliga. La final de la Champions League del 2013 vio en el estadio de Wembley, en Londres, a dos equipos alemanes: el Dortmund, la refrescante revolución del fútbol europeo de ese momento, y el Bayern, que por segunda vez consecutiva llegaba a disputar el título más prestigioso de Europa.
En los tres años en los que el famoso entrenador catalán estuvo en Múnich, la Bundesliga no logró sostener, mucho menos repetir, ese alto nivel de competencia internacional. El Bayern, como único representante alemán, cayó consecutivamente en las semifinales de la Champions League ante equipos de la Primera División: Real Madrid, Barcelona y Atlético Madrid.
Mientras el fútbol alemán vio sucumbir temprano a sus representantes en la competición, la liga de España apretó la marcha y se consolidó como regente en Europa. El paso de Pep Guardiola por Alemania deja internacionalmente a tres campeones españoles y dos finales netamente ibéricas en la Champions League.
¿Una brecha insalvable?
Entretanto, localmente, en la Bundesliga, el público se acostumbraba a ver cómo el Bayern arrollaba a todos sus competidores y ampliaba su hegemonía. El exitoso fútbol del equipo de Pep Guardiola resolvió siempre con amplía anticipación la carrera por el título.
Para el club bávaro, y un gran sector de sus aficionados, una situación de ensueño. Para la Bundesliga una carga que le restó atractivo y emociones. El torneo alemán se disputaba para saber qué equipos se posicionaría detrás del Bayern, o como lo formuló en su momento el entrenador José Mourinho: “En Alemania se sabe quién va a ganar antes de que empiece la temporada, la Bundesliga es un paseo para el Bayern”.
Durante tres años en serie la valoración de Mourinho se convertiría en realidad. Ese torneo que el gerente de la Liga de Fútbol Alemán (DFL), Christian Seifert, promovía en el exterior como una competición en la que “todos pueden vencer a todos”, se transformó en una en la que nadie podía ganarle al Bayern. Nunca antes en la historia del balompié en Alemania las brechas deportivas y financieras entre los clubes se habían ampliado en tal dimensión. En Múnich consolidaron una distancia del resto que será muy difícil recortar a corto plazo.
La reducción en la selección
En el verano del 2013, cuando Pep Guardiola inició trabajos en el Bayern, el equipo tenía en su plantilla a nueve jugadores de la selección alemana (Manuel Neuer, Holger Badstuber, Jerome Boateng, Philipp Lahm, Toni Kroos, Thomas Müller, Mario Gómez, Bastian Schweinsteiger y Mario Götze), y a uno que terminaría sumándose a ella (Emre Can).
Al partir, Guardiola dejó en Bayern un equipo con apenas cinco seleccionados, uno de ellos fuera de ritmo porque prácticamente no jugó con el entrenador español (Mario Götze), y otro que es un debutante y se puede considerar como su gran aporte al equipo campeón del mundo (Joshua Kimmich), en caso de que Joachim Löw decida llevarlo a la Eurocopa Francia 2016, algo que no luce muy probable.
Bayern Múnich, en el pasado no solo la columna vertebral de la selección alemana sino también el club encargado de entregar los jugadores líderes al equipo nacional, pasó a ser un suministrador más de futbolistas. Ahora el capitán alemán viene del Manchester United (Bastian Schweinsteiger), y el jefe del mediocampo del Real Madrid (Toni Kroos).
También es cierto que la Bundesliga aprendió mucho de Guardiola. En materia táctica y técnica el español impartió muchas lecciones futbolísticas. Ellas, sin embargo, por muy didácticas que fueron, no son aplicables a clubes que no cuentan con los recursos casi ilimitados del Bayern.
Ahora que Pep Guardiola no está más en Alemania, la Bundesliga empezará a recuperarse del ciclón que fue su paso por su fútbol. Después de la embriaguez llega la resaca con el afán de recoger lo que ha quedado disperso, eso que al juntarse se puede considerar como un legado.