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Radicalización en las mezquitas

Helena Kaschel
28 de febrero de 2017

La mezquita Fussilet 33, en Berlín, estaba considerada un punto de encuentro de extremistas islámicos. La represión sola, sin embargo, no alcanza, dicen expertos, porque las ideas seguirán existiendo. ¿Qué hacer?

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Berliner Moschee-Verein Fussilet verboten
Policías delante de la entrada de la mezquita Fussilet 33, luego de la razia. Imagen: picture alliance/dpa/TeleNewsNetwo

La prohibición de la mezquita Fussilet 33 fue calificada por Andreas Geisel, ministro del Interior de Berlín, de "golpe contra el terrorismo islámico”. Este martes 28 de febrero de 2017, la policía allanó salas de oración y viviendas de miembros de la organización. Las autoridades acusan a Fussilet 33 de recolectar donaciones para grupos terroristas, reclutar combatientes para Siria y glorificar el terrorismo y la yihad.

Para Thomas Mücke, director de la Violence Prevention Network, una red de desradicalización y prevención del extremismo, prohibir Fussilet 33 fue una decisión correcta: "Las trabas legales para una medida de ese tipo son grandes. Cuando una organización es prohibida, se debe a que la amenaza es real. En ese caso, el Estado debe actuar”, dice Mücke.

Las medidas represivas contra las corrientes extremistas islámicas en Alemania, sin embargo, son solo relativamente efectivas, afirma. "Las prohibiciones tienen efecto solamente a corto plazo”. Y agrega: "Una medida de ese tipo crea inseguridad entre los extremistas y perturba su entorno logístico solo por poco tiempo”.

Luego de la prohibición, la reorganización

Se puede partir, sin embargo, de que los miembros de la organización rápidamente se reorganizarán. "Después de una prohibición son fundadas nuevas organizaciones, que hay que volver a prohibir, no sin antes cumplir con los correspondientes requisitos legales”, dice Mücke.

Así lo ve también Susanne Schröter, directora del Centro de Investigaciones sobre el Islam Global, de Fráncfort del Meno. "Es un juego sin fin del gato y el ratón”, dice. Pero también Schröter cree que fue correcto prohibir Fussilet 33.

La señal que parte de razias y prohibiciones no puede subestimarse, agrega: "Hay que dejar claro a los extremistas que no pueden pasar de determinados límites y que la democracia sabe defenderse. Muchos reflexionarán sobre si lo que hacen es una buena cosa”.

Arquitectura de seguridad y prevención

Thomas Mücke y Susanne Schröter están de acuerdo también en que tan importantes como la represión son una eficaz arquitectura de seguridad y medidas preventivas. "Sobre todo los jóvenes no abandonarán sus ideas extremistas debido a las prohibiciones”, dice Mücke.

Déficits de prevención hicieron posible el desarrollo de estructuras extremistas islámicas en Alemania, agrega Schröter. Y sin prevención, no hay desradicalización. Schröter subraya: "Necesaria es una educación en valores democráticos y tolerancia, la transmisión de valores y un debate sobre qué valores son importantes para nosotros, cuál es la base de nuestra convivencia”.

Lo que falta es una especie de plan maestro. Hay que ver "con qué instituciones puede cooperarse, con escuelas, con la sociedad civil, quizás también con comunidades de mezquitas. Solo quien trabaja preventivamente con niños y jóvenes puede impedir que en el futuro se difundan las ideas radicales”.

Autora: Helena Kaschel