Raptada su adolescencia entera

Natascha Kampush, quien fuera raptada en 1998 contando con apenas diez años de edad, logró escapar de su cautiverio en un sótano vienés. Sin ostensibles señas de maltrato físico, pero bastante pálida y afectada, fue encontrada por la policía después de que caminara errabundo por la ciudad.

Se llevó la explicación al más allá

Al percatarse de su huída, su captor, Wolfgang Priklopil -un técnico en electrónica de 44 años- buscó a un amigo, a quien contó que la policía lo buscaba por consumo de alcohol al volante. A la noche, un hombre se tiró a las vías de un tren en Viena. La llave del auto encontrada en su bolsillo reveló que se trataba de Priklopil.

El suicidio de este hombre solitario, según informan los vecinos que aseveran jamás haber notado nada extraño, dejará para siempre en el campo de las elucubraciones sus motivos. En su vehículo blanco raptó a la niña en su camino a la escuela, para luego meterle en el cubículo especialmente creado con ese propósito.

Entorno minado

Que el entorno estaba minado, informa la policía que le habría dicho a la niña. La inspección a fondo de la casa deja claro que las "minas" eran falsas, y que la Natascha Kampusch dispuso siempre de libros, radio y televisión. También de clases privadas, impartidas por la persona a quien debía llamar "amo".

Al parecer en el último tiempo de estos largos años acompañaba a su secuestrador a hacer compras y alguna que otra vez de vacaciones. De vez en vez recibía la Policía pistas vanas de su paradero.Curiosamente, cuando la primera gran búsqueda, las autoridades dieron con Prikopil, pero tenía un buen alibi y no sospecharon de él.

No prensa, por favor

Por respeto a su estado emocional, los conmovidos padres han pedido a la opinión pública y a la prensa que la dejen en paz, por lo menos algunos días. Si su secuestrador abusó de ella sexualmente, si pertenecía a alguna red de pederastas, sus motivos, cómo es posible que nadie se haya dado cuenta de nada.... muchas interrogantes quedan abiertas. Según informan las agencias, lo que al parecer está claro es que esta muchacha manifiesta una relación afectiva hacia la única persona con la que tuvo contacto por años y años: el síndrome de Estocolmo, una estrategia para sobrevivir.