Reconciliación en Mallorca
25 de julio de 2008No fue un abrazo propiamente tal, pero sí un apretón de manos. Y con él, según la prensa española, quedó sellada la “reconciliación” del rey Juan Carlos con el impredecible presidente venezolano, que llegó con casi una hora de atraso desde Portugal a la cita real en Mallorca. El famoso incidente del “por qué no te callas” con que el enervado monarca hispano intentó poner fin a las andanadas verbales del mandatario venezolano en la cumbre ibero-americana de Santiago de Chile, pasa así a la historia o, mejor dicho, al capítulo de las curiosidades de la historia.
Aires caribeños
Pero, en los asuntos de la alta política, los límites entre la anécdota desenfadada y el disgusto son estrechos y suele no convenir hacer volteretas en la cuerda floja. Aunque Chávez haya hecho gala de jovialidad y se haya entusiasmado con el ambiente caribeño de Mallorca en este día veraniego, hasta el punto de invitar bromeando al rey a ir a la playa, lo cierto es que él ha de ser el más interesado en limar definitivamente las asperezas diplomáticas con España.
No habrá en Madrid grandes acuerdos de compra de armamento, como los que ocuparon su agenda durante su visita previa a Rusia, ni grandes anuncios de joint ventures petroleras, como los que se hicieron en Bielorrusia. Pero, para Chávez, España es de suma importancia.
Vientos en contra
Desde el incidente de Santiago hasta ahora, las cosas no se han puesto más fáciles para el presidente venezolano. En diciembre perdió, aunque por estrecho margen, el referéndum sobre las reformas constitucionales que pretendía llevar a cabo. Y ahora enfrenta nuevamente protestas en su propio país, por la inhabilitación masiva de candidatos opositores a las elecciones de gobernadores y alcaldes, a celebrarse en el mes de noviembre.
También en el frente exterior han aumentado los nubarrones en el horizonte de Chávez. A nivel de imagen internacional, los puntos los ha ganado últimamente su principal rival regional, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, con la liberación de Ingrid Betancourt y otros rehenes. Los buenos oficios de Chávez, como mediador ante las FARC, no le rindieron los dividendos que esperaba e incluso penden sobre él las acusaciones colombianas de brindar apoyo a la guerrilla.
España es clave
Por otra parte, es probable que le resulte más difícil ganar simpatías con su tradicional discurso contra el imperialismo de Washington cuando haya abandonado la Casa Blanca el presidente Bush, máxime si llega a reemplazarlo allí un Barack Obama que, hasta ahora, encarna ante la opinión pública internacional –y sobre todo la europea- lo más positivo de los ideales estadounidenses.
Así las cosas, el presidente Chávez hace bien en cuidar sus vínculos internacionales. Sobre todo con España, clave en las relaciones entre Europa y América Latina. Divergencias puede haber, como las hay por ejemplo en cuanto a la directiva europea de retorno de los inmigrantes ilegales. Pero de lo que se trata es de mantener el diálogo en un tono apropiado y para ello resultaba simbólicamente relevante este apretón de manos con el rey Juan Carlos, para el que Chávez no tuvo que ir a Canosa, sino sólo a Mallorca.