Refugiados: rescatistas al límite de sus fuerzas
21 de abril de 2017De nuevo, miles de personas comenzaron su odisea desde Libia en dirección a Europa: el buen tiempo y el mar en calma parecen condiciones ideales. Sin embargo, ya 8.300 personas han tenido que ser rescatadas de embarcaciones de madera y botes neumáticos en malas condiciones. Los refugiados procedían, sobre todo, de Nigeria y Senegal. Ocho personas, entre ellas una embarazada, fallecieron en el intento. Casi 100 están desaparecidas.
Las organizaciones privadas se vieron al límite de sus posibilidades por el fuerte oleaje y la gran cantidad de refugiados. Dos embarcaciones de rescate alemanas enviaron señales de socorro, ya que estaban en peligro, porque en el barco luventa, de la organización "Jugend Rettet", había 600 personas a bordo y otro bote, con 800 refugiados, chocó contra este. La gente se lanzó al agua por el pánico. La otra embarcación, Sea Eye, de la misma organización, tuvo un problema con el motor.
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Rutas ilegales
Al no haber rutas legales, los migrantes eligen el peligroso camino a través del Mediterráneo y pagan mucho dinero a las mafias que organizan los traslados por mar. "Está claro que si hace buen tiempo, los traficantes de personas envían a más personas”, dice Leonard Doyle, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y añade que "las mafias han calculado claramente que los salvarán en mar abierto”.
Según los cálculos de la OIM, las bandas criminales retienen a alrededor de 20.000 personas en campos de internamiento ilegales en Libia. Los migrantes mencionados de Semana Santa también habían estado en dichos campos. Estos pagan dinero a los traficantes que los envían en botes sobrecargados y que, sin ayuda adicional, nunca llegarían a Europa. Lo arriesgan todo por la oportunidad de llegar al Viejo Continente.
La ayuda de las ONG
Más de 35 embarcaciones de rescate estuvieron en acción en el fin de semana de Semana Santa, entre ellas, varias de la agencia fronteriza europea Frontex, de los guardacostas de Libia e Italia y 12 barcos mercantes que, debido al dramatismo de la situación, acudieron a ayudar.
Entre las organizaciones humanitarias se encontraban "Migrant Offshore Aid Station” (MOAS), en activo desde 2014. Desde entonces han rescatado a 30.000 personas. Pero lo sucedido el fin de semana fue terriblemente excepcional: "Nadie ha visto nada parecido a lo de ese fin de semana”, dijo el fundador de MOAS a CNN.
Además, estaban colaborando la organización alemana "Sea Watch”, la ONG española "Proactiva Open Arms” y las organizaciones "Save the Children” y "SOS Méditerranée”. Estas patrullan, con permiso del Centro de Coordinación de Rescate Marítimo, entre los 20 y 50 kilómetros ante la costa libia.
Todos trabajan de manera diferente. Las grandes organizaciones, como "MOAS” y "SOS Méditerranée”, disponen de grandes embarcaciones y pueden llevar a cabo acciones de salvamento completas, como trasladar a los rescatados a los puertos italianos. Las ONG pequeñas, como "Sea Watch” y "Proactive Open Arms”, sin embargo, cuentan con barcos pequeños, buscan botes con refugiados, rescatan a personas a la deriva, reparten chalecos salvavidas y proporcionan asistencia sanitaria. Luego, esperan a barcos más grandes, que se encargan entonces de llevarlos a tierra.
¿Cuánto cuesta un día de salvamento en alta mar?
Desde que se cerró la ruta de los Balcanes, cada vez más personas eligen la ruta del Mediterráneo. En 2017, 24.000 personas lograron el arduo viaje desde Libia a Italia, 6.000 más que hace dos años por esta época. En 2015, fallecieron ahogados 5.000 personas. En 2017, ya se registran 900 ahogados o desaparecidos.
A pesar del peligro masivo, no existe un programa de salvamento estatal. La agencia de la UE, Frontex, centra su labor en la protección fronteriza y la lucha contra la red de tráfico de personas. Las ONG privadas se financian a través de donaciones privadas o crowdfunding. La labor en alta mar que desempeña, por ejemplo, "Proactiva Open Arms” cuesta al día 5.435 euros. La de la organización "SOS Méditerranée", 11.000 euros.
Sin embargo, las donaciones no son suficientes. Las ONG desean, además, más presencia y compromiso estatal. La gente se sigue muriendo en el mar.
Zivilé Raskauskaite (RMR/DZC)