Retrospectiva: cuatro décadas del pintor Gerhard Richter
19 de enero de 2008Algunas de las obras exhibidas en el Museo Frieder Burda han sido puestas a disposición por coleccionistas, otras las aportó el propio artista. La muestra ilustra el desarrollo artístico de Richter en las últimas cuatro décadas.
Luego de vivir en Alemania Oriental y mudarse a la Occidental, asentándose en Colonia, Richter se catapultó a la fama con pinturas fotorrealistas creadas proyectando sobre el lienzo fotografías tomadas por él mismo.
En ese periodo, Richter creó su marca característica de “desdibujado”, difumando los contornos de las imágenes con un pincel blando.
Fotorrealismo y abstracción le trajeron la fama
Pasando luego a la abstracción, Richter experimentó con la pintura no figurativa, permitiendo que las imágenes se desarrollaran en el tiempo, cambiando de pátina emocional e incluso de significado a través de periodos de inactividad.
Esa aproximación desembocó en una formula que adoptó luego para la mayoría de sus obras de fines del siglo XX, recurriendo a pinceladas espontáneas, agregando, trasladando y quitando óleo, raspando la pintura y recurriendo al desdibujado ya probado en sus pinturas fotorrealistas.
Sus pinturas son hoy muy solicitadas. Solo millonarios pueden darse el lujo de poseer un Richter original. El cuadro “Düsenjäger” (“Jets”), de 1963, fue vendido en noviembre pasado por la suma récord de 7,6 millones de euros.
La exposición en Baden-Baden es la más reciente mayor retrospectiva de la obra de Richter luego de las realizadas en Estados Unidos en los años 1998 y 2001.
La controversia en relación con los vitrales de la catedral de Colonia
Richter saltó a los titulares de la prensa recientemente al ser desvelado el vitral que diseñó para la catedral de Colonia, uno de los monumentos culturales más admirados en Alemania.
El vitral, compuesto por 11.500 cuadrados de diversos colores, evoca una imagen digital de grandes dimensiones. Richter, ciudadano de honor de la ciudad, regaló a la catedral su trabajo, inspirado en un cuadro de 1974 titulado “4.096 colores”.
El nuevo vitral reemplaza una vitrina antigua en la que se veían imágenes de reyes y obispos y fue destruida durante la II Guerra Mundial.
Los turistas que visitan la catedral y la comisión encargada de su mantenimiento alaban el vitral de Richter. El cardenal Joachim Meisner, arzobispo de Colonia, sin embargo, manifestó que la obra de Richter es demasiado abstracta y que quedaría mejor en una mezquita.
La retrospectiva de Richter se exhibe hasta el 27 de abril.