Retrospectiva sobre Frida Kahlo abre en Berlín
29 de abril de 2010
"Queremos mostrar a la pintora, no a la santa", dijo lapidaria la curadora de la muestra Helga Prignitz Poda ante periodistas aludiendo al halo de misticismo que rodea a esta artista mexicana y universal cuya obra ejerce una fascinación en donde quiera que es exhibida. También en Berlín se la venera como se vio el mismo día de la apertura cuando no estando colgados todos los cuadros de la muestra un enjambre de camarógrafos impedía la vista de los que ya lo estaban.
El director del Museo Martin Gropius Bau, Gereon Sievernich destacó que se trata de la mayor muestra que se exhibe en Europa, que tuvo complicaciones logísticas provocadas por la nube de ceniza volcánica que paralizó el tráfico aéreo retrasando la colocación de las piezas.
Un total de 150 pinturas, dibujos y fotografías integran Frida Kahlo Retrospectiva, que tuvo tres años de preparación y supuso un gran desafío pues la mayor parte de la obra, un centenar de piezas, proviene de coleccionistas privados. "Fue una labor de detective encontrar a cada uno y convencerlos de que prestaran su obra, pues cada "Frida" es atesorada como un miembro de la familia", dijo Prignitz Poda.
Algunas fueron encontradas en Estados Unidos y son exhibidas por primera vez. No llegaron los tres cuadros propiedad de Madonna, uno de ellos adquirido hace cinco años en una subasta por 5,6 millones de dólares. Interrogada sobre si están esos cuadros en exhibición Prignitz Poda señaló que no todos los cuadros pudieron viajar debido el delicado estado en el que se encuentran.
La muestra va acompañada de una sección fotográfica cuyo montaje estuvo a cargo de su sobrina nieta, la fotógrafa Cristina Kahlo. "La fotografía fue importante desde que Frida era niña. Ella y sus hermanas posaban desde pequeñas para su padre, el fotógrafo de origen alemán, Guillermo Kahlo", dice. "Así fue como Frida adquirió soltura y desarrolló una habilidad como modelo que después se ve cuando posaba para famosos fotógrafos, como Manuel y Lola Álvarez Bravo y Nickolas Murray".
Entre las piezas nunca antes vistas se encuentra un pequeño cuadro considerado una de las sensaciones de la exhibición. "Autorretrato dentro de un girasol", fue el último óleo pintado por la artista en 1954. "Sabíamos que existía, pero no donde estaba, dice la curadora en conversación con DW-WORLD. "Así fuimos encontrando poco a poco obras de este tipo". La experta señala que aún siguen desaparecidas unas 20 obras, entre ellas la famosa "Mesa herida" extraviada en Moscú junto con varios cuadros de Diego Rivera durante una exhibición en los años 50.
En el centro de la muestra se encuentran los célebres autorretratos, "Autorretrato con colibrí" y el perturbador "Mi nana y yo", así como las obras que la convirtieron en símbolo feminista. El pequeño óleo "Unos cuantos piquetitos" denuncia la violencia machista. "Fue la primera artista que abordó de manera directa un parto, así como una serie de temas que atañen a las mujeres, que ella mostró en su pintura sin timidez y sin ambajes. No se ocultó en el mundo masculino dominante entonces y plasmó su sexualidad en su pintura, hay dibujos claramente lésbicos", dijo Prignitz Poda.
Se exhiben también varias obras de naturaleza muerta en donde se ven "cocos que lloran", en otra fruta pinta claramente órganos sexuales femeninos y masculinos de manera que los bodegones se convierten en autorretratos cifrados en clave.
Frida Kahlo tenía 18 años cuando sufrió un accidente mientras viajaba en un trolebús en la ciudad de México en 1925. Un tubo de hierro le atravesó el cuerpo lo que le provocó constante dolor durante toda su vida y la obligó a someterse a 22 operaciones. Sufrió numerosos abortos y buscó alivio en la morfina y el alcohol. A las constantes infidelidades de su marido, el gran muralista Diego Rivera, 20 años mayor que ella, la artista respondió con sus propias aventuras amorosas, entre las que también figuraron amantes mujeres.
La artista plasmó en cuadros coloridos su turbulenta y accidentada vida, pero hasta su muerte prematura, a los 47 años de edad, no vivió el reconocimiento del que goza hoy en día. El interés en su obra crece con los años y ahora es un ícono popular, un símbolo del feminismo latinoamericano que es comercializado tanto como la imagen del Che Guevara.
La muestra fue abierta oficialmente por la Canciller mexicana, Patricia Espinosa. También peregrinará al Museo Martin Gropius Bau el presidente mexicano Felipe Calderón. Después de Berlín la muestra viajará al Museo Kunstforum de Viena.
Como dijera la escritora mexicana Elena Poniatowska alguna vez: "Frida Kahlo es uno de los íconos más extraordinarios que ha dado México, después de la Virgen de Guadalupe".
Autora: Eva Usi
Editora: Luna Bolívar