Rusia espera que no se enfríen las relaciones con la UE
2 de septiembre de 2008“La declaración final es dura en el tono, pero deja la puerta abierta”, dijo el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, a los diputados del Parlamento Europeo. Un día después de que los socios comunitarios se reunieran en Bruselas para hablar sobre Rusia y el sur del Cáucaso, la frase del ministro galo resume a la perfección el resultado de una cumbre convocada con carácter extraordinario.
“Todo apunta a que los defensores del diálogo han ganado la batalla a los socios propensos a la confrontación”, escribe el diario moscovita Rossijskaja Gaseta. Los defensores del diálogo son mayoría dentro de la Unión Europea y engrosan el grupo de los “pragmáticos”, comenta Isvestija, otro periódico ruso. A ellos se debe que la puerta siga franqueable.
Frente a los pragmáticos, a cuya cabeza se sitúan Alemania y Francia, está la liga de los que “odian a Rusia”, opina Isvestija, que son los mismos “socios partidarios de la confrontación”. Éstos, los países bálticos, Polonia, Ucrania e incluso Suecia y Gran Bretaña, exigían cerrar el portón con la llave de las sanciones.
“Por suerte, la sensatez ha prevalecido sobre el dramatismo”, declaró Vladimir Tshishov, embajador de Rusia ante la UE.
Ataque verbal desde Bruselas
No es que en la capital belga faltaran las críticas a Moscú. Los calificativos “inaceptable” y “desproporcionado” aparecen una y otra vez como aptos para describir el proceder del Kremlin con respecto a Georgia. Sin embargo, como declaró la canciller alemana, Angela Merkel, en la cumbre se quiso subrayar que persiste “la voluntad de mantener el contacto con Moscú”.
Los países comunitarios tuvieron que conformarse con el ataque verbal a Rusia y una imposición más simbólica que práctica: hasta el lunes ocho de septiembre, el día en que la alta diplomacia europea planea viajar a Moscú, tiene tiempo el Kremlin para retirar completamente a sus tropas de Georgia. De lo contrario, las negociaciones sobre el tratado de asociación UE-Rusia quedarán en suspenso.
Lo económico primero
“Lamentaríamos mucho que los encuentros para discutir los términos de un tratado tan esencial tuvieran que posponerse”, aseguró un portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, “Rusia está muy interesada en una cooperación con Europa: la UE es para Moscú un socio económico y político muy importante”.
Y viceversa, opinan en su pragmatismo los defensores europeos del diálogo: Rusia es para la UE, sobre todo en lo que a la seguridad energética se refiere, un aliado difícilmente sustituible. “Hay una tesis de Marx que todavía hoy conserva su valor: la política no es más que un reflejo concentrado de la economía. En este sentido, a la Unión Europea no le interesa sancionarnos”, asegura Michail Margelov, encargado de las relaciones internacionales rusas.
“Con respecto a la retirada de las tropas, la UE llama a una puerta que ya está abierta”, dice el embajador Tshishov, y no se refiere a la que permite el paso al diálogo: “los soldados rusos ya han abandonado el territorio georgiano. En el cordón de seguridad queda un pequeño contingente de paz, tal y como se estableció en los seis puntos del plan [negociado por el presidente ruso, Dmitri] Medvedev y [su homólogo francés, Nicolas] Sarkozy”.
Europa aprobó en Bruselas ayudas económicas y más cooperación para Georgia. En cuanto a Rusia, la cumbre sirvió para sellar la estrategia franco-germana. Cuando Sarkozy, jefe de turno de la UE, José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, y Javier Solana, representante comunitario para los asuntos exteriores de la UE, viajen el lunes a Moscú, escucharán que en Georgia ya no campan tanques rusos. Seguramente, el 15 y 16 de septiembre los negociadores del tratado Rusia-UE puedan acudir a su cita.