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Rusia reconoce la independencia de Abjazia y Osetia del Sur

Luna Bolívar Manaut26 de agosto de 2008

De todas las opciones ésta era la que menos gustaba en Europa. Y se ha hecho realidad. El presidente ruso, Dmitri Medvedev, firmó el documento que reconoce como Estados a Abjazia y Osetia del Sur.

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Separatistas osetios celebran el reconocimiento de Moscú.Imagen: AP

Las relaciones de amistad entre las naciones, dice la Carta de la ONU en su artículo primero, párrafo segundo, deben estar basadas en “el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos.”

Es poco probable que la decisión del presidente ruso, Dmitri Medvedev, de reconocer la independencia de Abjazia y Osetia del Sur, las dos provincias secesionistas georgianas objeto de la reciente guerra en el Cáucaso, le sirva al Kremlin para hacer amigos. Pero, asegura Medvedev, se justifica por lo establecido en el documento fundacional de las Naciones Unidas, por los principios del derecho internacional y por lo estipulado en la declaración final de la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

Los argumentos de Medvedev

Georgien Russland Plakatmotive mit antirussischen Parolen in Tiflis
Los georgianos plasman sobre carteles sus sentimientos hacia Rusia.Imagen: picture-alliance/ dpa

Medvedev ha ratificado la solicitud del lunes de la Duma. A los ojos políticos de Moscú, Abjazia y Osetia del Sur ya son Estados independientes. La reunión excepcional convocada por la Unión Europea para tratar las relaciones con Rusia, que se celebrará el lunes de la próxima semana, no ha contenido al presidente. Al Kremlin no le interesa enemistarse con Europa, pero Medvedev sabe bien que a la UE le puede la desunión. Y eso, cualquier lunes del año.

"Se están violando un sinfín de resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la integridad territorial de Georgia, que han sido aprobadas con el voto de la misma Rusia”, criticó el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, la ratificación del documento. También la apelación al derecho internacional resulta una ardua tarea para el Kremlin, tras haberlo ignorado en agosto, cuando ordenó a sus tropas ocupar el país vecino.

Y no deja de resultar curioso que Rusia, que tanto se opuso a la independencia de Kósovo y tan duramente reprimió las intenciones separatistas de Chechenia, abandere ahora el principio de la libre autodeterminación. Pero quizás se encuentre aquí uno de los varios motivos que están llevando a esta sucesión de hostilidades, a medio camino entre la retórica y la acción: “El reconocimiento de la secesión de Kósovo fue interpretado en Rusia como una agresión”, comentaba el corresponsal en Moscú de la televisión pública alemana ARD.

Medvedev volvió a hablar de genocidio, y de cientos de muertos con pasaporte ruso, aunque sigan sin existir cifras oficiales que pongan número a los fallecidos en la última guerra caucásica, y las no oficiales oscilen entre los seis y los 2.000. Y con todo, sus argumentos no convencen en Occidente.

¿Hacia una segunda Guerra Fría?

Estland Deutschland Angela Merkel bei Andrus Ansip in Tallinn
La canciller alemana, Angela Merkel, con el primer ministro estonio, Andrus Ansip.Imagen: AP

“Corremos el peligro de vivir una nueva división del mundo”, advirtió el ex presidente soviético Mijail Gorbachov. “La guerra en Georgia no sólo ha cambiado la situación en el sur del Cáucaso, sino también toda la política mundial”, declaró desde Estonia, donde se encontraba de visita oficial, la canciller alemana, Angela Merkel. Pero Rusia, aseguró Medvedev, “no le teme a nada. Tampoco a una nueva Guerra Fría”.

El hielo cubre ya las relaciones entre la OTAN y Moscú, en suspenso desde el pasado jueves y con una vista de de Hoop Scheffer a Rusia postergada. El tono entre la Casa Blanca y el Kremlin roza el punto de congelación y en Europa, Francia y Alemania se esfuerzan por “mantener abierto el diálogo con ambas partes”, en palabras de Merkel, mientras Polonia y la República Checa firman acuerdos de cooperación militar con Estados Unidos y países como Estonia, Letonia y Lituania piden mano dura con el ex gran hermano.

Y en cualquier caso, el reconocimiento de Abjazia y Osetia del Sur como países independientes es “inaceptable”: en el calificativo coinciden tanto la canciller como el ministro alemán de asuntos exteriores, Frank-Walter Steinmeier. “Europa tiene que hablar el próximo lunes con una sola voz y el mensaje debe ser claro. Pasar página sin más es imposible”, opinó Merkel, cuyo viaje por los Estados bálticos continúa en Lituania.