“Sanciones sobre Rusia surtirán el efecto deseado”
18 de marzo de 2014El político alemán Michael Gahler representa al partido Unión Demócrata Cristiana (CDU) en el Parlamento Europeo desde 1999; allí forma parte de la Comisión de Asuntos Exteriores como vocero del Grupo del Partido Popular Europeo en materia de políticas de seguridad. En entrevista con Deutsche Welle, Gahler contradice a quienes piensan que la Unión Europea no tiene recursos para reaccionar ante el referendo secesionista de Crimea y el afán expansionista de Rusia.
Deutsche Welle: Señor Gahler, ¿cree usted que Ucrania ha perdido definitivamente el territorio de Crimea?
Michael Gahler: En la Historia, nada es definitivo. El referendo celebrado este domingo (16.3.2014) para decidir si la península de Crimea se independizaba de Ucrania carece de legitimidad: la ocupación de Crimea por parte de fuerzas extranjeras, una libertad de prensa en entredicho, un registro electoral opaco, una consulta popular basada en una pregunta que no reconoce el status quo y un resultado casi soviético… todo eso obliga a colocarle un signo de interrogación mayúsculo a ese proceso plebiscitario.
No obstante, los hechos son los hechos. ¿Qué se puede hacer ahora?
Nosotros vamos a imponer sanciones personales [sobre los responsables de esta operación secesionista, tanto en Rusia como en Ucrania]. Esas sanciones pasan por prohibirles viajar a la Unión Europea y bloquear sus cuentas bancarias en el bloque comunitario. Ellos sentirán la presión porque no podrán viajar a Baden-Baden, a Niza o a Londres para ir de compras, ni acceder a sus cuentas. Las sanciones sobre Rusia ejercerán el efecto deseado.
Pero, ¿no cree usted que el presidente ruso, Vladimir Putin, ya había anticipado que la UE impondría ese tipo de sanciones?
El propio Putin ya ha empezado a empobrecerse. El rublo se devalúa, la Bolsa de Moscú cae en picada. Eso significa que, personalmente, Putin ha sufrido pérdidas con sus paquetes de acciones. Y si eso sigue así, los oligarcas rusos van a terminar diciéndole: ‘Oye, Vladimir, esto no es lo que nosotros nos habíamos imaginado’. Yo tengo plena confianza en que se puede ejercer presión sobre Putin desde adentro, desde el corazón de Rusia.
¿Cuándo consideraría Occidente que Rusia ha traspasado la ‘línea roja’? ¿Cuándo el expansionismo ruso afecte directamente a los países bálticos que forman parte de la OTAN o cuando el este de Ucrania esté en peligro?
Yo creo que entraríamos en otra Guerra Fría –muy muy fría– si los soldados rusos entran al este de Ucrania. Por eso es muy importante que internacionalicemos a esta región, estacionando observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en la zona para asegurarnos de que el diálogo se ponga en marcha. Hasta ahora no hemos percibido tensiones en el este de Ucrania.
La gente solía convivir pacíficamente en la región. Es una patraña decir que todos los ciudadanos de habla rusa querían irse a Rusia. Después de todo, ellos saben cómo se vive en Rusia. Por eso pienso que lo que se ha visto últimamente es una provocación puesta en escena por Moscú.
¿No cree usted que Occidente cometió el error de cooperar con opositores ucranianos de dudosa reputación, incluidos ciertos grupos fascistas?
Esa no es cierto. Nosotros en el Partido Popular Europeo apoyamos políticamente a la ex primera ministra Yulia Timoshenko, al ahora primer ministro Arseniy Yatsenyuk, y al dirigente opositor Vitali Klitschko. Nosotros no respaldamos al partido nacionalista de derecha Swodoba. Pero la alusión a los fascistas suele ser enfatizada. Para mí, la pregunta decisiva es: ¿cuándo se volvieron fuertes los fascistas? La respuesta es: durante el mandato de Viktor Yanukovich. Esa es una tendencia política que va a desaparecer cuando la gente tenga nuevas perspectivas.
Putin ha argumentado de la siguiente manera: ¿por qué la mayoría rusoparlante de Crimea no puede separarse de Ucrania, si a Kosovo –con su mayoría kosovar-albanesa– se le permitió separarse de Serbia?
Esa es una perspectiva completamente distorsionada. La OTAN se vio obligada a intervenir en aquel conflicto para evitar una masacre. Por eso no es posible trazar paralelos entre ambos casos. Las autoridades ucranianas no oprimían a la población rusa de Crimea. No hay comparación posible entre lo que ocurre en Crimea y lo que ocurrió en Kosovo.
Autor: Christoph Hasselbach (ERC)
Editor: Enrique López