"La Paz" tendrá su estreno en la Berlinale
9 de febrero de 2013El director Santiago Loza y el protagonista, Lisandro Rodríguez hablaron con DW sobre la cinta antes de su estreno en la sección Forum de cine de vanguardia.
DW:¿Cómo se siente estar aquí en Berlín con motivo del estreno mundial de tu película?
Santiago Loza: Se siente frío, nosotros venimos de un lugar muy cálido, pero al mismo tiempo se siente una gran alegría. Es una película que para mí fue muy importante hacerla, que fue muy linda la manera cómo se hizo, con las personas que participaron y es un buen destino. Es tan incierto hacer cine que terminar la película y que tenga un lugar de exposición como Berlín, para todos los que hacemos cine es uno de los mejores destinos posibles.
También eres dramaturgo, ¿Cómo has combinado el cine y la dramaturgia?
Se fue dando como caminos separados. Yo hago cine porque donde no alcanza la palabra aparece la necesidad de la imagen, de articular otro lenguaje. En el teatro se ha dado mi parte más literaria, la necesidad de la escritura. Son dos ámbitos que conviven, además del tiempo que tiene el cine, son tiempos muy largos entonces en teatro ocurre a la par, mientras no se hace cine. Además, hay una sala que fundó Lisandro Rodríguez a la cual yo me sumé, que es una sala de Teatro en Buenos Aires. Parte de mi actividad teatral pasa por trabajar con Lisandro en esta sala.
¿Cómo se dio la idea de hacer “La Paz”?
Parte de ciertas vivencias personales, de ciertas vivencias que quizás no tenía uno muy trabajadas. Conozco algo de la vida familiar de Lisandro, y me gustó la idea de hacer una película que fuera claramente una ficción, un cuento, cruzado por algunos elementos de la vida de los dos y que él fuera el intérprete protagonista. "La Paz" habla de un joven de clase media alta argentina que ha roto sus vínculos porque ha tenido una internación psiquiátrica y cuando sale intenta recuperarlos. Al no poder hacerlo es ayudado por la trabajadora doméstica, y surge esta fantasía de viajar a Bolivia, como los poetas que fantasean con viajar a un lugar lejano y recomenzar una vida. Con otro director hice una película donde trabajamos con las diferencias de clases. Sobre un espacio muy marginal. A veces había una mirada caritativa sobre la pobreza. En algunos países europeos y en la misma Argentina se emocionaban con los pobres. “La Paz” retoma esta idea de una clase sobre otra, con una mirada muy melancólica pero también con cierto humor.
Lisandro ¿que dificultad hubo en interpretar este personaje ensimismado, que la cámara sigue con una mirada contemplativa?
Lisandro Rodríguez: No puedo pensar en el trabajo separado de todo lo que estuvimos hablando con Santiago, no sólo por la película sino por la relación que tengo con él. Compartimos un montón de cosas en muy poco tiempo que nos conocemos y creo que esa mirada mía era lo que a Santiago le interesaba, esa contemplación ante diferentes situaciones. Pero a la vez son diferentes miradas que él puede tener del mundo o de mi mundo incluso.
Me parece que el personaje es como si te interpretaras a ti mismo.
Es una mezcla de Santiago y mía. Es complejo porque la casa en donde filmamos es la casa donde viví yo, la abuela es mi abuela en la vida real, entonces es como si yo volviera a mi casa a transitar lugares. La cama en donde se ve al personaje con su madre es la cama en donde yo dormía la siesta cuando volvía del colegio. Me sentía yo como un visitante de un lugar que había frecuentado. Eso me daba esa mirada contemplativa sobre ese mundo que ahora me es lejano, pero que forma parte de mi vida inevitablemente.
Santiago, ¿cuál es el papel que juegan los padres de Liso, particularmente el papel del padre que está un poco ausente? Tiene una relación un poco distante y extraño con eso del uso de las armas.
Santiago Loza: El personaje de la madre me parece que lo tiñe todo. Como toda relación descompensada, alguien ama de más porque alguien ama menos. La madre tiene una protección desmesurada hacia el hijo. La relación del padre con las armas es de fascinación y de juego, que uno lo puede ver como algo violento, pero la película no juzga. No hay una mirada condenatoria hacia el personaje del padre. El personaje es de ficción. Aunque la abuela era la abuela de Lisandro, hacia el papel de otra abuela.
Lisandro: Desde mi casa está el tiro federal a una cuadra y yo toda mi vida escuché tiros desde la casa entonces por ahí hablando con Santiago eso se filtró en el guión.
Ese fue también un instrumento, porque en el momento decisivo tú te pones a tirar y a amenazar a otros y amenazar con suicidarte. Es como el punto de inflexión.
Lisandro: Es la fricción máxima que genera el personaje.
Santiago: El personaje está vulnerado y está en peligro afectivo y emocional. Su herida no ha cicatrizado y está en tensión. Hay algo del uso de las armas que denuncia y eleva aún más el grado de tensión. Algo se tiene que resolver. El personaje está pasando por una post adolescencia, pero no puede seguir así. Es lo que le señalan todos, que no estudia, no trabaja, algo va a tener que resolver. Las armas de algún modo ejecutan una figuración de esa tensión.
¿Liso ha salido de un centro psiquiátrico?
Ha pasado por una internación, sea por intoxicación o por un brote psicótico, pero es alguien que estuvo encerrado.
Santiago, ¿como definirías la trayectoria desde tu primer largometraje “Extraño”, estrenado en el 2002, hasta “La Paz”?
Lo que tienen en común es que son producciones muy chicas y de bajo presupuesto. Lo que yo intento es que se contradigan una con la otra. Mi primera película “Extraño” interpretado por Julio Chávez, un actor que ganó en Berlín un Oso de Oro hace unos años con otra película, es algo oscura; muestra a un hombre que no podía conectarse con el mundo. En “La Paz” es como si tomara algo de ese tema pero con una necesidad de pertenecer al mundo. “La Paz” intenta tener cierta luz, cierta esperanza, algo que no me hubiera atrevido a formular antes.
Autora: Eva Usi
Editor: Enrique López