Una lanza por el euro
27 de enero de 2011“El euro es Europa”, dijo Nicolas Sarkozy en su intervención ante el Foro Económico Mundial de Davos, “nunca le vamos a dar la espalda al euro. Jamás dejaremos que el euro caiga. La cuestión del euro no es sólo monetaria, sino de identidad”.
Así de contundente sonó en Suiza el discurso del presidente galo. 2.500 expertos y altos cargos del mundo de las finanzas escuchaban con atención en este segundo día de encuentros, además de las cámaras y las plumas de toda la prensa pesada. La oda a la moneda única en tan destacado club emitía un mensaje claro: aunque haya habido que salvar a Grecia y a Irlanda, aunque Portugal se tambalee y España pase por dificultades, Europa es un bloque dispuesto a defender la unidad lograda. Las especulaciones sobre su posible desmembramiento carecen de sentido.
Y ya puestos, Sarkozy aprovechó el momento para representar su plan para el mundo del siglo XXI.
En pro del euro
Sí, entre los Estados miembros existen dudas sobre la moneda única, reconoció Nicolas Sarkozy, pero “la desaparición del euro sería semejante catástrofe que ni en sueños podemos pensar en eso”. Tampoco hay motivos para torturarse con la pesadilla: tras terribles guerras, “ningún continente es hoy tan estable como Europa”, aseguró el jefe del Eliseo.
De estabilidad estuvieron también plagadas las declaraciones de Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo. “Durante 12 años de unión monetaria, los precios se han mantenido estables y, con ello, el euro ha cumplido con lo que se esperaba de él”, opinó Trichet en Davos, “ésta no es bajo ningún concepto una crisis monetaria. Puede que algunos países tengan problemas, pero la eurozona es estable”.
“No vamos a permitir que el euro sea destruido y a este respecto hablo tanto por nuestros amigos alemanes como por los franceses”, proseguía en el púlpito Sarkozy. El turno de palabra de la canciller germana, Angela Merkel, no llegará hasta el viernes por la tarde.
Planes para este siglo
Francia ostenta en 2011 la presidencia del G-20 y ya el pasado lunes presentó Sarkozy sus planes al frente de la institución. Davos, sin embargo, ofrecía una oportunidad inigualable para volver a repetir el concepto.
Así, el mandatario galo contó de nuevo que en el centro del periodo de su país a la cabeza de los 20 Estados económicamente más fuertes colocará la lucha contra la especulación en el campo de las materias primas. Ésta conduce al encarecimiento de los alimentos y la energía, lo que genera hambre, cosa “que no puede ser del interés de nadie”, manifestó Sarkozy, ya que desemboca en un aumento de los conflictos.
Y también las deudas estatales se situarán en el punto de mira de la dirección gala del G-20. “Tenemos que reducir el déficit”, pidió Sarkozy, quien además considera que el sistema monetario actual no funciona realmente y el financiero está “al nivel del siglo pasado”.
Autor: Henrik Böhme (Davos)/ Luna Bolívar/ ap/ dpa
Editora: Emilia Rojas Sasse