Se acaba el agua
31 de enero de 2003El renombrado "International Food Policy Institute" (Instituto Internacional de Política Alimentaria), advierte en un nuevo informe de la escasez alarmante de agua en el mundo. El problema afecta de manera existencial a la mitad de la población del mundo entero. Según este instituto con sede en Washington y dirigido por el alemán Joachim von Braun, unas 1.000 millones de personas carecen de un acceso seguro al agua. Casi el doble de seres humanos, no tiene asistencia sanitaria suficiente, y tres millones de niños mueren cada año por enfermedades vinculadas al agua contaminada.
Un círculo visioso
Según los expertos, la tendencia hacia centros urbanos cada vez más poblados en los países en desarrollo representa un enorme desafío para el suministro de agua en las ciudades. Estos recursos se extraen del sector rural, desencadenando un círculo vicioso con graves consecuencias para la producción agraria.
"Baja el nivel de agua en los pozos , y el precio del agua sube. La producción agraria cae y por consiguiente sube el precio de los alimentos", explica Joachim von Braun. Los especialistas advierten, que la escasez del agua significa asimismo un deterioro del medio ambiente y un aumento de la pobreza. En algunas regiones pobres sin infraestructura acuífera, la población se tiene que desplazar a pie durante varias horas al día para cubrir sus necesidades mínimas de agua.
Botellas de plástico
Tampoco el acceso al agua garantiza la superación de esta clase de problemas, ya que se tiene que ofrecer este recurso en condiciones que no amenacen la salud de quienes la consuman.
Según el "International Food Policy Institute", muchos países en vías de desarrollo compensan la falta de agua importándola embotellada desde los países industriales. Esta solución sería miope, ya que disminuye la presión sobre los responsables políticos a nivel local para mejorar el suministro, afectando nuevamente a la población más desfavorecida.
Más pragmatismo
El especialista Joachim von Braun, propone garantizar de manera gratuita el suministro de 50 litros de agua potable por día, considerada la cantidad mínima por persona. Cada litro adicional se debería vender a un precio elevado. "Un 85 por ciento del agua se gasta para la irrigación. Tenemos que ahorrar, pero no a expensas de los pobres", exige von Braun.
Se identifica por lo tanto el doble desafío de ahorrar agua y elevar la producción agrícola para evitar el "desperdicio actual" del agua. Los expertos proponen mejorar la administración de este recurso escaso y mejorar los tipos de cultivos, por ejemplo aquellos resistentes a épocas de sequía. Es un tema complejo que implica superar, en algunos campos, las reticencias frente a plantas transgénicas.
Aparentemente existe la voluntad política para empezar a resolver este problema. En la cumbre de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible celebrada en septiembre del año pasado en Johanesburgo, las 180 naciones reunidas acordaron reducir hasta el 2015 a la mitad el número de personas sin acceso al agua. Hay mucho camino por recorrer. A pesar de un mayor grado de conciencia, al hablar de la escasez de recursos naturales, la inmensa mayoría sigue pensando en primer lugar en el petróleo.