Se firma acuerdo de gran coalición
18 de noviembre de 2005
La designada canciller cristianodemócrata Angela Merkel (CDU), el líder socialcristiano bávaro Edmund Stoiber (CSU) y el nuevo líder de la socialdemocracia alemana Matthias Platzeck (SPD), firmaron en Berlín el pacto de la gran coalición durante una ceremonia en el edificio del Parlamento. El documento de 190 páginas fue aprobado en días pasados por amplia mayoría de las bases de las tres formaciones políticas y será la base del futuro gobierno de cuatro años bajo el liderazgo de Angela Merkel, la primera mujer canciller en la historia de la República Federal de Alemania, cuya elección por el Parlamento está prevista para el próximo martes.
Arcas vacías
El nuevo gobierno toma las riendas de un Estado con precarias finanzas. Las arcas están vacías y tampoco los contribuyentes tienen mucho margen para apretarse el cinturón. Los hechos los sabe bien el designado ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, (SPD), quien señala que hay que impulsar el crecimiento económico y el empleo pese al déficit estructural de 64.000 millones de euros que registrará el presupuesto público el próximo año. El nuevo gobierno apela a la creatividad y potencial de la población al tiempo que prepara la introducción de impopulares medidas que provocan ya descontento, como son el aumento del IVA en tres puntos porcentuales a partir del 2007, el aumento paulatino de la edad de jubilación hasta los 67 años, así como la congelación de las pensiones, rubro en el que el gobierno espera ahorrar unos 1.000 millones de euros.
Estimular la economía
La piedra angular de la gran coalición es estimular la economía y el saneamiento de las finanzas públicas, que permitirán que Alemania cumpla con los criterios del Pacto de Estabilidad de la Unión Monetaria Europea, después de haberlos incumplido sucesivamente durante cinco años.
Para consolidar las finanzas públicas el gobierno prevé ahorrar 35.000 millones de euros anuales, sin embargo empieza el próximo año contrayendo nuevas deudas. El presupuesto gubernamental adquirirá una deuda de 41.000 millones de euros, mientras que prevé una inversión productiva de 23.000 millones, un desequilibrio que viola claramente el artículo 115 de la constitución alemana que prohíbe que el endeudamiento presupuestal sea mayor que la inversión pública.
Situación histórica
La designada canciller Angela Merkel está consciente que se trata de una situación única en la historia de la República Federal de Alemania, y apela a la población alemana a contribuir en el extraordinario esfuerzo para consolidar las finanzas. Ese esfuerzo extraordinario lo tendrán que hacer sobre todo los ciudadanos de a pie con el aumento al IVA, con la atenuante de que víveres, medicamentos, libros y productos básicos continuarán teniendo una tasa de 7% de IVA. Pero no sólo la clase media y baja tendrá una mayor carga. También las personas de altos ingresos tendrán que hacer su contribución con un aumento del gravamen a sus ingresos (tasa máxima) del 42 al 45 por ciento. Algo que izquierdistas como Oskar Lafontaine califican como insignificante y una tomada de pelo a la población. Así las cosas el proyecto de gobierno de Angela Merkel es todo menos lo prometido por ambos partidos mayoritarios durante sus respectivas campañas electorales.