Seguridad ante todo
6 de octubre de 2004El tema de la seguridad ocupa a todos, a todo nivel. Tanto es así que el ministro del Interior alemán, Otto Schily, no acudió a la inauguración de la feria Security sólo por cumplir un compromiso formal, sino también con una motivación práctica: informarse sobre todo acerca de las novedades en los sistemas de control biométrico. La materia interesa particularmente en estos tiempos de guerra declarada contra el terrorismo internacional.
Freno a la delincuencia
Sin embargo, los productos y servicios que presentan más de 900 expositores, procedentes de 39 países, no incumben sólo a las altas esferas gubernamentales. Los principales clientes son las empresas y también los particulares. En Alemania, las facturaciones del ramo de la seguridad se elevaron el año pasado a 9.500 millones de euros, lo que implica un incremento superior al 3%. Gran parte de ese volumen total (4.000 millones de euros), correspondió a “vigilancia y servicios”.
La delincuencia, que no da tregua, mantiene en marcha el negocio. Las estadísticas policiales registraron el año pasado más de 123.000 asaltos domiciliarios en Alemania, que arrojaron daños por un monto de 622 millones de euros. Para protegerse de los ladrones, los particulares siguen instalando chapas de seguridad y sistemas especiales para ventanas. Este tipo de productos está, por supuesto, presente en la feria Security que, sin duda, no tiene nada que temer a las crisis económicas que afectan a otros sectores de la economía.
Control biométrico
No obstante, lo que más está creciendo es el campo de la tecnología electrónica de seguridad. Y especialmente la demanda por sistemas de control biométrico, utilizados en todos aquellos sitios donde se pretende comprobar a ciencia cierta la identidad de las personas, desde aeropuertos hasta entradas a edificios públicos, empresas y hogares privados. En Alemania ya hay empresas donde basta con mostrar la mano al portero electrónico para ser identificado como empleado de la firma. Al fin y al cabo, está comprobado que el trazado de las venas en el dorso de la mano de una persona es tan singular como su huella dactilar o su iris.
En el aeropuerto de Fráncfort se está probando actualmente un sistema de reconocimiento del iris, para controlar el ingreso de personas a Alemania. Considerable es el éxito registrado hasta ahora por ese proyecto piloto, que funciona sólo con voluntarios y servirá para determinar si los alemanes están dispuestos a aceptar semejantes controles. Si la Comisión Europea lleva a la práctica su anuncio de introducir en el 2005 nuevos pasaportes con datos biométricos, los fabricantes de aparatos para medirlos harán de seguro un negocio millonario.