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Gdansk y Tallin, Vilna y Riga pertenecieron a la Liga Hanseática igual que Hamburgo o Bremen. Aquella época quedó plasmada las lujosas construcciones medievales. Con el ingreso de los países bálticos orientales en la Unión Europea, las antiguas ciudades hanseáticas han estrechado sus relaciones. En la Edad Media la influencia de la Hansa abarcaba de Portugal a Rusia, de Escandinavia a Italia. Se comerciaba con artículos de lujo, pero también con cereales, metales y madera. La clave de su éxito se debió en gran parte a su particular jurisdicción y a sus comisiones consultivas. Algunos consideran que fue un ejemplo de integración europea.