Simón Bolívar, el puente de la esperanza venezolana
Antes eran los colombianos quienes cruzaban el puente Simón Bolívar en Cúcuta para conseguir trabajo o hacer compras. Ahora son los venezolanos los que cruzan el puente por necesidad de sobrevivir.
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Manuel, esperaba en la fila de la Cruz Roja. Su hermana menor necesita medicinas.
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La masiva inmigración en los últimos años, dío lugar a un mercado informal en las casas aledañas al puente. Ahora, el mercado se extiende a todas las calles del barrio.
Simón Bolívar, el puente de la esperanza venezolana
El 20 por ciento de los venezolanos que cruzan el puente hacia Colombia lo hacen para buscar nuevas oportunidades.
Simón Bolívar, el puente de la esperanza venezolana
Las llantas gastadas se compran en las ciudades principales de Colombia y se venden en Cúcuta a unos 20 dólares cada una.
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Raul vive de vender las llantas a sus compatriotas. El precio no incluye el costo de pasarlas por las trochas "Si la Guardia Nacional de Venezuela se las ve, se las roban".
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Muchas de las llantas que se venden en la frontera son de segunda mano o ya desechadas en Colombia. Algunas han sido reparadas con parches, sus cubiertas están gastadas y son inseguras en condiciones de lluvia.
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Rangy Hurtado es enfermero, sus conocimientos para apoyar la labor médica en los quirófanos en Venezuela le ayuda ahora a hacer curaciones a domicilio.
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Rangy Hurtado elige las mejores llantas usadas del puesto callejero de Raúl. Elige las dos con más perfil, pero le preocupa que una de ellas tenga una marca de desgaste muy fuerte en el interior “yo creo que el rin va a cubrir esa parte".
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En los tiempos en que la economía de Venezuela era estable y próspera Rangy compraba llantas nuevas cada año. “Antes con unas llantas así de gastadas uno se arriesgaba a una multa". Ahora, desde que no tengan alambres saliendo están como nuevas.
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Rangy pagó por dos llantas usadas 60.000 pesos (unos 16 euros ó 20 dólares). “Casi dos meses de mi salario”.
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Los venezolanos que cruzan la frontera dependen de carreteros que les ayuden a llevar el peso de las maletas. Pagan 5.000 pesos (€ 1,40) por viaje.
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El mercado ilegal de medicinas no es una novedad en la frontera, pero lo que ha sucedido es una verdadera explosión de informalidad.
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Enrique trabajaba antes como fabricante de zapatos. Ahora los arregla en la frontera porque no tiene la documentación suficiente para conseguir un trabajo estable en Colombia.
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Enrique afirma que para los venezolanos hasta arreglar los zapatos es un lujo. “Cobrarles 2.000, 3.000 pesos (menos de un euro) es casi un mes de salario para muchos en Venezuela".
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Enrique arregla cualquier tipo de zapato. “la técnica depende del daño y del presupuesto del cliente, muchas veces habría que cambiar la suela, pero no les alcanza. Entonces la cosemos”.
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Tanto pastillas de uso casero, como medicinas especializadas, se pueden encontrar en las calles de Cúcuta a un precio menor que en Venezuela.
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Los controles migratorios de ambos países detienen mucha mercancía que se considera prohibida, como los repuestos para vehículos. “Toca cruzar por el puente y pagarles, o por la trocha”, dice un venezolano.
Simón Bolívar, el puente de la esperanza venezolana
Tanto la guardia venezolana, como la policía colombiana vigilan el puente. Pero el contrabando de mercancías es casi tradicional en la frontera.
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No todos los venezolanos que cruzan lo hacen para emigrar. Gran parte de ellos lo hace para comprar alimentos para sus familias.
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Jerry sostiene que la corrupción de alto y de bajo nivel fue lo que arrastró a Venezuela a esta crisis. "Yo podría vender esta medicina más cara en Venezuela y me la comprarían, pero eso sería hacerle daño a los que la necesitan".
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La falta de atención médica, de comida y de recursos básicos dañó radicalmente el estilo de vida de los venezolanos.
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Entre los productos que más compran los venezolanos en Colombia están el aceite de cocina, productos de aseo y harina.
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Quienes se arriesgan a cruzar mercancía regulada, como las llantas de vehículos, se arriesgan a que la Guardia Venezolana les quite los productos.
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Al menos unas 60.000 personas cruzan a diario el puente Simón Bolívar. Este sería uno de los pasos obligados en la estrategia del gobierno de Guaidó para llevar ayuda humanitaria a su país.