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ConflictosTerritorio Palestino Ocupado

Sin alto el fuego a la vista: Gaza "parece un infierno"

Tania Krämer | Hazem Balousha
7 de enero de 2025

Mientras los mediadores presionan a Israel y Hamás para lograr un alto el fuego y la liberación de los 96 rehenes aún cautivos, más de un millón de palestinos desplazados se enfrentan a una situación desesperada.

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Entre escombros, niños palestinos comen la comida que acaban de recibir de una organización de ayuda.
El campamento de refugiados de Jabalia, al norte de la Ciudad de Gaza, ha sido destruido por los bombardeos israelíes.Imagen: Mahmoud Issa/Middle East Images/picture alliance

Durante los últimos 14 meses, la familia de Zahra se ha trasladado de un lugar a otro en el norte de la Franja de Gaza en busca de mayor seguridad. En diciembre, la familia de siete miembros llegó a la Ciudad de Gaza.

"La guerra ha sido dura desde el primer día, pero ahora parece un infierno", dice Zahra, que pide que no se revele su nombre completo, desde la Ciudad de Gaza. Su familia ha encontrado allí refugio en una casa parcialmente bombardeada en el campamento de refugiados de Shati. "No sabemos si sobreviviremos o moriremos antes de que esto termine", cuenta a DW por teléfono.

Pese a las repetidas órdenes de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de dirigirse al sur de la Franja de Gaza, la familia de Zahra decidió quedarse en el norte, en parte por miedo a no poder regresar nunca a casa.

"No abandonamos antes el norte porque sabíamos que estaban bombardeando en todas partes y esperábamos que la operación militar en el norte terminaría pronto. Sin embargo, se tornó aún más insoportable", explica Zahra. "Nuestra casa en el campamento de Jabalia quedó completamente destruida hace meses, y ahora nos encontramos en un estado de desplazamiento constante".

Agencias internacionales y Gobiernos presionan a Israel y Hamás para que acuerden un alto el fuego que permita la liberación del resto de los rehenes retenidos en Gaza a cambio del fin de la guerra y ayuda humanitaria para la población civil. No obstante, el conflicto no parece terminar.

Durante el fin de semana pasado, las Fuerzas de Defensa de Israel declararon que habían atacado más de 100 objetivos en toda la Franja de Gaza después de que Hamás disparara cohetes contra Israel.

Sin servicios sanitarios, sin nada

En todo el territorio, el frío y las lluvias invernales están inundando las tiendas de campaña y otras viviendas improvisadas. En las últimas semanas, las organizaciones humanitarias han advertido en repetidas ocasiones que no llega suficiente ayuda a la población, tanto por el bloqueo israelí como por saqueos.

El domingo pasado, las fuerzas de defensa civil de Gaza reportaron que los ataques israelíes mataron a agentes de seguridad que protegían convoyes de ayuda en el sur. Las autoridades también sostuvieron que el Ejército israelí estaba bombardeando barrios y haciendo detonar edificios residenciales en el norte de Gaza, con varios muertos y heridos. Más de 45.800 palestinos han muerto desde que Israel lanzó su ofensiva militar tras los ataques terroristas dirigidos por Hamás el 7 de octubre de 2023, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.

Yabalia y la zona al norte de la Ciudad de Gaza son el objetivo de un nuevo asalto de las FDI que comenzó en octubre. Las Fuerzas de Defensa de Israel afirman que Hamás y otros grupos militantes se están reagrupando en la zona y que sus órdenes de evacuar a los civiles pretendían mantenerlos fuera de peligro. Pero los palestinos y las organizaciones humanitarias señalan que no hay ningún lugar seguro en Gaza y que los constantes desplazamientos están agravando la situación.

Gentes es evacuada del campamento de refugiados de Jabalia.
Tras una nueva ola de ataques de Israel, más gente ha sido desplazado del norte de la Franja de Gaza desde octubre.Imagen: Mahmoud Issa/PIN/IMAGO

A finales de diciembre, una delegación de la ONU obtuvo el permiso de viajar al norte de la Franja de Gaza. Jonathan Whittall, jefe en funciones de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en Jerusalén Este, dijo en un video publicado en X que "la gente aquí no tiene comida, ni agua, ni servicios sanitarios, nada. ... Tenemos que ser capaces de proporcionar lo básico para la supervivencia".

Whittall agregó que las Naciones Unidas habían presentado a las FDI 140 solicitudes de coordinación para visitar la zona en los últimos dos meses, pero que todas habían sido denegadas.

La Coordinadora de Actividades Gubernamentales en los Territorios, la administración civil-militar israelí responsable del acceso a Gaza y la ayuda humanitaria, respondió en X que "las recientes afirmaciones sobre solicitudes de coordinación humanitaria denegadas son engañosas".

Quedan pocos en el norte de Gaza

Naciones Unidas calcula que quedan entre 10.000 y 15.000 personas en el asediado norte de la Franja de Gaza, que incluye Beit Lahia, Yabalia y Beit Hanun, pero se desconoce el número exacto. Se cree que gran parte de la zona ha sido desalojada y arrasada, lo que alimenta las especulaciones sobre la intención de Israel de mantenerla como zona de seguridad cerrada una vez finalizada la guerra.

Las Fuerzas de Defensa de Israel han negado que estén aplicando el llamado Plan del General, que prevé la expulsión de los residentes del norte de Gaza etiquetando a todos los civiles restantes como objetivos militares y bloqueando el suministro de alimentos y medicinas.

La semana pasada, miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knéset exigieron, en una carta, que el ministro de Defensa, Israel Katz, ordene la destrucción de todas las fuentes de agua, alimentos y energía de la zona, quejándose de que las FDI aún no han derrotado a Hamás.

Los residentes contaron que ya había una escasez extrema de alimentos y agua, mientras que los constantes bombardeos y disparos hacían casi imposible cualquier movimiento, incluso llegar a los corredores humanitarios para dirigirse al sur.

Zahra dijo que su familia consiguió llegar al campamento de refugiados de Shati, en el noroeste de la Ciudad de Gaza. En el camino, tuvieron que atravesar un puesto de control israelí. "Me permitieron pasar con mis tres hijas, mientras que mi esposo y mis dos hijos tuvieron que esperar cinco horas antes de que también les permitieran cruzar", relata.

Luchando por sobrevivir

Matar Zomlot y su familia permanecieron en el campamento de refugiados de Jabalia durante toda la guerra, pero finalmente se vieron obligados a abandonarlo.

"Todo el tiempo había bombardeos y explosiones, y el miedo era constante, explica Zomlot a DW vía telefónica. La familia sobrevivió buscando comida en casas abandonadas. "Solía conseguir comida en las casas de los alrededores tras hablar con los dueños, que me decían que habían dejado comida o conservas".

En diciembre, la familia consiguió llegar a la vecina Ciudad de Gaza, a pesar de los intensos combates.

"Teníamos miedo de que nos dispararan", prosigue Zomlot. "El día que decidimos marcharnos, salimos por la tarde y caminamos hacia la calle Salah al-Din. Había un tanque y soldados que nos pararon. Tras comprobar nuestras identificaciones, nos dejaron pasar", agrega.

Ahora vive en la Ciudad de Gaza con parientes.

En lugar de trasladarse más al sur, la familia prefirió quedarse en el norte de la Franja de Gaza. El territorio está ahora dividido por el corredor de Netzarim, una carretera con puestos de control militares que va de este a oeste.

Una vez que los palestinos cruzan al sur, no pueden regresar al norte. Un reportaje de investigación del periódico israelí Haaretz cita a soldados en la zona diciendo que varios palestinos desarmados que se acercaron a la zona para regresar al norte han muerto por disparos.

Según la ONU, cerca del 90 por ciento de los 2,1 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados, muchos de ellos varias veces, y una de las muchas incertidumbres es si Israel les permitirá regresar a sus hogares.

"No conocemos nuestro destino", dice Zahra, y agrega: "No sabemos qué nos espera. Pero rezamos a Dios para que esta guerra termine pronto y podamos regresar a nuestros barrios y a nuestras casas, aunque hayan quedado reducidas a escombros".

(vt/ers)