Siria: referéndum entre balas
26 de febrero de 2012El principal cambio previsto en la nueva Carta Magna es el permiso para establecer nuevas formaciones políticas que puedan competir con el partido Baath, de Al Assad, que llegó al poder en 1963. El proyecto constitucional sometido a referéndum eleva además, de 34 a 40 años, la edad mínima para acceder a la presidencia. Cuando Bashar Al Assad sucedió a su padre, Hafez, en el año 2000, la Constitución fue modificada para rebajar la edad mínima hasta los 34 años y permitirle así asumir el gobierno.
La oposición rechaza el proyecto de Constitución y llamó a boicotear el referéndum. Asegura que el nuevo texto apenas reduce el poder del presidente y teme que en realidad solo puedan crearse partidos cercanos al régimen. Por eso, ha calificado de "patraña" la reforma y ha anunciado que únicamente aceptará la dimisión de Al Assad, cuya familia gobierna el país desde hace 42 años.
Aspectos contradictorios
Los analistas e incluso los activistas opositores admiten que la reforma constitucional abre por primera vez el camino al pluralismo político en Siria, pero a la vez, consolida los poderes del presidente, entre ellos su capacidad para disolver el Parlamento, aprobar leyes y nombrar al gobierno.
"La nueva Constitución contiene varias contradicciones", explica el analista libanés Saad Kiwan. "Por un lado prohíbe la formación de partidos políticos basados en la religión. Pero por el otro deja claro que el presidente debe ser musulmán y que el derecho islámico es la base de la legislación", señala. Según Kiwan, "en lugar de convocar este referéndum, el gobierno debería haber reconocido que ya no es aceptado por parte de la población".
“Una farsa”
También en el exterior el exterior hay muestras de escepticismo. El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, calificó de "farsa" el referéndum constitucional sirio. "Las votaciones escenificadas no pueden aportar nada a la solución de la crisis", aseveró el político liberal en Berlín, puntualizando que "Bashar al Assad tiene que poner fin a la violencia de una vez por todas y dejar vía libre a una transición política".
Las mayores críticas apuntan contra la celebración del referéndum en circunstancias en que muchas ciudades están sitiadas por el Ejército. Los barrios sunitas de Homs son atacados con granadas desde hace 20 días. "Sólo debería haber un referéndum después de que el gobierno haya discutido la Constitución propuesta con la oposición y haya puesto fin a la violencia", apunta el analista libanés Amin Kammourieh.
ERS/dpa
Editora: Claudia Herrera Pahl