Sol naciente en Hannover

“Mi querido Shinzo”. Con estas palabras, Angela Merkel saludó al premier japonés Shinzo Abe en la apertura de la feria CeBIT 2017. Los dos se entienden muy bien y hablaron de acelerar el tranco para la firma de un tratado entre la UE y Japón. Esto sería una señal para Trump, más afín con el proteccionsimo.

Exoesqueletos hay muchos en CeBIT. Estas estructuras pueden ayudar a personas con discapacidad, pues se convierten en una soporte externo que refuerza el rendimiento. Para estos empleados de Nedo, en cambio, el exoesqueleto implica estar quietos, porque esperan a Abe y Merkel para presentar su trabajo.

También aparecen robots entre la multitud. Los robots japoneses intentan parecer seres humanos gracias a la inteligencia artificial. Con ella, son capaces de distinguir entre personas conocidas y desconocidas. En Japón hay muchos robots que ya trabajan en el sector de la gastronomía y cuidados a ancianos.

Estas animadoras no solamente son “kawaii”, como se dicen “lindo” en japonés, sino que también están llenas de sensores y motores. Japón es conocido como el país con la segunda mayor densidad de robots del mundo. El número uno es Corea del Sur. ¿El tercero? Alemania.

También robots se ponen enfermos. ¿Pero cuando exactamente? El software de la empresa Isid lo debería pronosticar. Por eso, el software controla la carga de todos los elementos constructivos. Monitores de ritmo cardíaco funcionan de la misma manera.

Las mujeres japonesas embarazadas pueden buscar ayuda con el app “Nimpu Tech”. Esto afirma, al menos, la empresa Hakuhodo. Datos de sanidad, intercambio con los médicos, chequeo preventivo... todo está coordinado por el celular inteligente.

En el CeBIT, la mayoría de los coches se conducen solos o, al menos, apoyan al conductor por intermedio de computadores. Mitsubishi Electric está elaborando una carta de 3D de las calles japonesas con exactitud milimétrica, que puede mejorar la experiencia de conducción. La idea es tener el proyecto listo antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Este dron está inspirado en Godzilla. Con sus poderosos brazos, está capacitado para transportar grandes pesos. Otros tienen ruedas con las que pueden avanzar por techos o paredes, mientras buscan un espacio para seguir volando. La desventaja es que no son tan baratos, incluso hay algunos que cuestan 50.000 euros.

La realidad virtual ya tiene usos “serios”. Pero eso no significa dejar de jugar. Productores como Cerevo se esfuerzan por aplicar los usos del mundo virtual a todo el cuerpo. Los zapatos de datos envían señales a las plantas de pies para simular terrenos con nieve, hierba o de hormigón. El próximo paso: el traje para todo el cuerpo.

Con todas las maravillas que ofrece la feria CeBIT de Hannover, uno podría pasar por alto las cosas sencillas que nos facilitan la vida. Los cargadores, por ejemplo. Su simpleza no impide que los expositores los decoren con cariño.