Sueños de libertad
6 de agosto de 2014“A los 17 todavía se tienen sueños”, dice una conocida canción alemana de los años 60. Sueños de amistad y libertad, viajes e independencia, amor y ganas de vivir. Una vida llena de oportunidades y posibilidades por delante. Y no solo en el caso de cada persona: la juventud de un país es su futuro. Los jóvenes de hoy decidirán el curso político, económico y social de las próximas décadas.
Millones de jóvenes en la Alemania del siglo XX vivieron momentos de horror y tragedia en algunos de sus mejores años al ser enviados a la guerra. Se convirtieron en carne de cañón e instrumentos de propaganda en servicio de intereses políticos. En nuestro especial multimedia “Cuando teníamos 17: cien años de juventud”, DW echa un vistazo a la vida de algunos jóvenes en Alemania en diversos momentos cumbre de la historia durante el pasado siglo.
Por ejemplo Erich y Peter, que se alistaron al ejército con los ojos puestos en la gloria durante la I Guerra Mundial. O Esther, que se vio obligada a tocar canciones de marcha militar en Auschwitz cada vez que llegaba un tren lleno de judíos de toda Europa. O Ingrid y Manfred, cuyas historias de amor se vieron truncadas por el Muro de Berlín. O Barbara, quien tras 20 años del final de la II Guerra Mundial se negaba a aceptar que los nazis todavía mantuvieran puestos de confianza en el gobierno de Alemania. O Carsten y Anne, que vivieron la caída del Muro de Berlín en primera persona. O Sibel, quien a día de hoy desea alistarse al Ejército alemán. O Bryan, que habla mejor alemán que muchos nativos, y aún así corre el riesgo de ser deportado.
12 jóvenes que experimentaron 12 momentos decisivos en la historia de Alemania. Sus vivencias demuestran que el papel de los jóvenes en la sociedad habla sobre la actitud del país con respecto a la libertad y la democracia. Enseñar a la gente joven el valor de los derechos humanos, la libertad de opinión y la tolerancia es esencial para una coexistencia pacífica en el mundo multicultural actual.
Concepto del proyecto: Jan Bruck y Sarah Judith Hofmann
Dirección: Susanne Spröer