Suspensión y multa
23 de agosto de 2007La contradicción hundió a Roman Weidenfeller. Por lo menos, eso es lo que se desprende del veredicto emitido por el Tribunal Deportivo convocado por la Federación Alemana de Fútbol, a fin de investigar la acusación hecha por el seleccionado alemán Gerald Asamoah.
Versiones, contradicciones, confesiones...
Éste, según su propio testimonio, fue agredido verbalmente con comentarios racistas por el portero del Borussia Dortmund, Roman Weidenfeller, durante el clásico de clásicos del fútbol alemán Schalke 04 contra Borussia Dortmund, disputado el sábado anterior.
Primero, el arquero reaccionó con un rechazo contundente a las afirmaciones ventiladas por Asamoah un día después del intenso y por momentos violentos juego sabatino: “Las expresiones que se me adjudican no pertenecen a mi vocabulario. Nunca dije tal cosa, y no me explico cómo Gerald es capaz de hacer tanto escándalo. Apenas hace tres semanas estuvimos juntos en una fiesta”. Este jueves, tanto el delantero como el cancerbero acudieron a rendir testimonio ante el mencionado tribunal.
Luego de la diligencia, la Federación Alemana de Fútbol emitió un comunicado en el que asentó: “Se tomó en cuenta que el intercambio verbal ocurrió luego de una acción dolorosa para el portero; además, éste se disculpó durante el mismo partido ante su contrincante y buscó una conciliación inmediata”. Así que, según se deja a la interpretación, Weidenfeller finalmente confesó.
Esto fue precisamente lo que evitó que se tomara otra medida contemplada en el reglamento: la quita de puntos, en este caso contra el Borussia Dortmund (que por cierto no lleva ninguno en la presente campaña y va en último lugar de la tabla de la Bundesliga).
La Federación deja entrever así que, con base en el careo de este jueves, está convencida de que Weidenfeller sí hizo el comentario de tono racista contra Asamoah. La pena es conocida: 10.000 euros y tres partidos de suspensión.
¿Castigo ejemplar?
El castigo pretende ser ejemplar, pero en realidad no lo es. A primera vista, 10.000 euros puede resultar una cantidad monumental, pero puede ser subsanada sin problemas por cualquier jugador de fútbol, y más si éste es apoyado por un club que, como el Borussia Dortmund, no parece convencido de que su jugador haya incurrido en comportamientos racistas.
Asimismo, tres partidos de suspensión son mucho menos de los cinco que recibió la temporada anterior el brasileño Lincoln, por ejemplo, por agredir a Bernd Schneider del Bayer Leverkusen.
En el caso de Weidenfeller, pues, no parece haber una reacción proporcional a una falta tan grave como la de ventilar cuestiones racistas en el terreno de juego.
Aún no es el fin
El asunto, sin embargo, podría no acabar ahí. Emitir frases racistas o xenófobas es un delito en Alemania. La Federación Alemana de Fútbol insiste en su boletín en que “este veredicto tiene validez desde el punto de vista penal”.
El fútbol europeo trata a toda costa de sacudirse cualquier connotación racista, y la lucha contra este flagelo social es una directriz primordial para la UEFA.
Así que pronto veremos si la federación lleva el tema a tribunales, o si se lo deja enfriar al amparo del tiempo. También se verá si hay coherencia en el propio tribunal deportivo. Nadie ha hablado, hasta el momento, de castigar a Asamoah por las señas obscenas con las que festejó su gran gol del sábado.
Por supuesto, no son equiparables a una manifestación racista. Pero el ofender a la afición contraria también constituye una falta disciplinaria que, en el caso de Asamoah, fue vista en close up por millones de personas.